𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬; 𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐜𝐨 [COMPLETA]

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|¿Juntos?|

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•Joaquín•

—Wow...–dije sorprendido en el asiento del Uber.

—Llegamos–dijo el conductor deteniéndose.

Yo miraba a la nada, perdido en la situación, recordando aquello que me hizo sentir tan bien, me hizo sentir vivo de nuevo, encendió ese fuego que se deprimía por la confusión.

—Oye, ya llegamos–chasqueó sus dedos frente a mis ojos.

—¿Ah? Si, si gracias–desperté y me bajé.

Necesitaba enfocarme en lo que estaba ocurriendo, está claro que yo lo seguía amando pero ¿En verdad todavía me amaba?

Yo no era una persona de mucho dibujar pero siento que ahora lo necesito, tomé una hoja y dibujaba rayas, dejando que mis sentimientos se dejarán llevar, que fueran libres y se expresarán de la manera más fácil posible, a través de una hoja y lápiz.

—Joaquín–dijo Renata abriendo la puerta de golpe.

—¿Que pasa?–dije tapando el dibujo en con otras hojas.

—Emilio vino a verte–dijo dándole el paso para entrar.

—Los dejo solos–dijo mi hermana algo preocupada.

Silencio.

Eso era lo que nos abundaba, el se había arecostado en una de las paredes de mi cuarto y yo solo me concentraba en las hojas que estaban sobre mi cama.

—¿Joaquín?–dijo acercándose a mi.

—¿S-si?–

—Joaquín no sabes cuánto me arrepiento de lo que hice, todo tiene una razón–dijo tocando mis manos.

—Entonces, explícamela–dije tragando saliva.

Suspiró y habló.

Emilio me había contado todo, absolutamente todo y más, María se había convertido en una persona obsesiva y psicópata.

Emilio lloraba en mi regazo cada vez que me contaba todo lo que pasó con María, yo no podía dejarlo sufrir, el destino nos destinó a estar juntos para apoyarnos por siempre y para siempre.

—Joaquín, yo no era feliz hasta que llegaste tú por favor no dejes–dijo sin parar de llorar.

—¿Juntos hasta el infinito?–dije secando sus lágrimas.

—Juntos hasta el infinito–me abrazó.

...

Llamamos a nuestros amigos, los más íntimos necesitábamos hablar de la situación.

Mi mamá no estaba en casa y necesitaba que Renata también lo supiera.

Luego de unos minutos Niko, Elaine, Ale, Text0s, Diego y Renata estaban sentados en mi sala.

Confundidos, sabían que Emilio y yo habíamos terminado pero no sabían por qué y todos cuestionaban a Emilio  con si el fuera el del problema.

—Bien chicos, los citamos por qué necesitamos hablar de todo lo que ha pasado estos días–dije frente a ellos y  tomando la mano de Emilio.

—Es hora de que sepan todo–suspiro Emilio.

—Dejen el suspenso y cuenten–dijo mi hermana cruzada de brazos.