d i e z

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—Gracias por su compra.

Susurro de manera neutra, mis ojos arden y siento mis párpados pesados a tal punto de si es posible, dormir de pie.

El maldito insomnio, me tiene frustrada. No es por causas naturales o porque yo me quede despierta hasta altas horas de la noche o mucho menos las pesadillas me atormenten.

No.

Él me molesta. Yo lo sé.

Al herir su ego, el maldito idiota de Jungkook, me atormenta.
Prácticamente no me deja tranquila, la electricidad de mi departamento ha sido cortada, eso es lo de menos. El agua también. Me vale mierda su ridícula venganza.

Pero en las noches, es donde comienza el problema. Tocan la puerta con golpes brutos en la madrugada asustandome, llegando a ser irritantes. Deja sobres debajo de la puerta y en su interior un diminuto pedazo de papel donde me pide que me arrepienta.

“¿Qué fue lo último que le dijeron sus padres, antes del accidente?”

Me reí a carcajada limpia, porque solo ahí me di cuenta que tenía serios problemas de la cabeza. ¿Arrepentirme? ¿Solo por decirle que me dejara de molestar? Sumamente, ridículo.

El tipo frente a mi, no me dice nada, él simplemente se marcha y se sube a su horrible auto mientras el bastardo de Namjoon espera yo qué sé ¿su propina?

No tiene ni la cara para mirarme, pero no puedo evitar sentir satisfacción al ver su rostro.

Tiene el labio partido que ahora está cubierto por un pedazo de curita. Pero lo que más resalta; el moretón en su pómulo izquierdo.

Si él, no se hubiese comportado como un cobarde. Me habría acompañado hasta el edificio y no habría pasado lo de Jungkook. Una parte egoísta mía, quiere echarle toda la culpa, mientras la otra solo siente unas inmensas ganas en golpearle.

Pero ni puede hablarme, ¿temor? ¿rechazo? Quién sabe, solo puedo ver como de vez en cuando me dedica una mirada cautelosa cargada de arrepentimiento.

Por otra lado, intente buscar a Jungkook por todo el bendito edificio que está cayéndose a pedazos. Pero es como si la tierra se lo hubiese tragado, y eso me hacía sentir furiosa a grandes escalas.

Llamar a Park, era una perdida de tiempo. Uno; porque no contestaba al teléfono. Dos; cambiarme de edificio conlleva tener dinero y eso me alcanzaba a las justas, recordando que mis padres me habían dejado en la miseria. Tres; no quería volver a ver su rostro o menos; escuchar su voz.

—SunHee..

Parpadeo con lentitud sin despegar los ojos de la caja registradora cuando escuchó su voz. Falta poco para que llegue la media noche y terminé mi turno de una vez por todas, no hay clientes así que solo debo esperar.

“Que era una pésima hija y que les avergonzaba que yo llevará su apellido. Lo normal, supongo. ”

Pero justamente cuando espero que de verdad Namjoon no intente hablarme, él lo hace. Y eso solo aumenta el agua a lo que faltaba para rebalsar el vaso.

—¿Estas-..

—Pero que divertido. El cobarde decidió acercarse, tranquilo. Si lo que te preocupa es mi salud. Descuida, aún no pienso en suicidarme, tal vez ese día lo presencies en primera fila.

De la forma más cruel me dirijo a él. Veo como mis palabras le afectan y aunque me niegue en aceptarlo, ver su rostro golpeado de cerca me hace sentir solo un poco molesta por mi forma de ser con él.

No se lo merece.

Ambos guardamos silencio, a diferencia de Namjoon quien mira sus manos avergonzado, yo lo hago fijamente sin perder mi actitud fría y hostil.

Hostage ➵ jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora