Hostage ➵ jeon jungkook

v e i n t e

— Namjoon ¿A dónde vas?

La voz de mi madre me detiene justo cuando estoy colocando mis zapatillas viejas listo para irme de aquí.

Ya había salido del Hospital y por más que me sintiera un poco mejor, no quería seguir en la casa de mi madre.

Era una sensación incómoda que me recordaba cuando estaba con ella y papá antes. Nada había cambiado por lo que suponía, ellos seguían en el mismo círculo vicioso.

Además que no podía quedarme tranquilo, sin saber nada de Sun Hee.

“No estoy triste, te tengo a ti Namjoonie.”

—Iré a la estación de policía.

Amarro los pasadores y me dispongo a colocarme una chaqueta con capucha. Estos días llueve demasiado y no quiero que la lluvia me atrape.

Ella me muestra lo mucho que mi respuesta la disgusta.

— ¿Otra vez? No tienes nada más que hacer ahí. Los policías se encargarán, Namjoon— me dice con voz cansada la veo fruncir sus labios. —, estas vivo de milagro. No quiero que nada te pase nuevamente.

Claro que entiendo su preocupación, pero no voy a volver a vivir con ellos. No podría. No me siento bien, estando en casa. He evitado a mi padre la mayor parte de los días que me he quedado aquí, solo para que mi madre no llore.

A él no le importa si yo muero o vivo.

No le importa ni mamá o yo.

—Solo quiero saber si ella está bien. Regresaré pronto, lo prometo.

No le estoy pidiendo permiso. Agarro las llaves que cuelgan en la pared y no volteo a verla al salir. Ella tampoco me dice nada.

El olor a humedad me molesta un poco, en mi pantalón llevó aún el inhalador. Tomó un autobús a Jongno la estación de policía, queda un poco lejos pero no me importa. Aprovecho en cerrar los ojos y pensar en cómo ella debe sentirse.

Siempre supe que era alguien de carácter duro. Más yo pensaba, que era una fachada. No lo se, podría ser una chica frágil, sin nadie en esta vida de mierda.

Nadie que se preocupara por lo que le estaba pasando en estos momentos.

“Mis padres están muertos.”

No podía mirar a otro lado y dejar como si nada pasará. O quedarme de brazos cruzados. Ya iban a ser dos meses.

Ingresar a la estación de policía me hizo doler el estómago, mucho más las personas que me miraban. Mi rostro ya no estaba hecho una completa mierda. Aunque tenía algunas heridas leves cicatrizando por el momento.

Observo a lejos a algunos hombres de mayor edad sentados en pequeños escritorios. Solo veo a un señor medio ebrio con esposas en las manos y a un policía furioso.

No es de mi interés.

—¡Constateme! ¡No estoy ebrio!

Su griterío empieza. Me dirijo a un hombre joven en la recepción. Ya tengo sus ojos fijo así que trago saliva. Él ya me conoce, aunque siempre me repite el mismo diálogo.

— Buenos días, ¿qué se le ofrece?

—Buscó al oficial Kim. Kim Yongsu.

Me dice que debo esperar, porque el hombre a salido a almorzar. Almorzar a las cinco de la tarde. Espero pacientemente en una de las sillas. Buscar a Yeji se me había pasado por la cabeza. Pero por alguna razón no lo creía correcto.