El olor de diversos animales inundaban sus fosas nasales, algo que la gente sentiría repugnancia, él lo siente como algo hermoso que hace parte de su vida.
Estaba inspeccionando a un gran danés, muy dócil a su parecer, aunque le dijeran que era todo lo contrario con otras personas. Su dueña es una joven de dieciocho años, no todas las chicas coquetas como ella tenían un perro tan grande, máximo tenían un chihuahua al cual tener de accesorio o de "hijo".
Ella solía venir seguidamente a sus consultas, era tan puntual cómo un reloj suizo, algo que de verdad Zero apreciaba, pero no sabía si era por amor a su can o estaba interesada en él —algo que no sería raro, ya que Zero era un hombre atractivo— y ser un viudo joven atraía mucho la mirada de mujeres jóvenes. Tenía una hija, siempre lo dejaba en claro, pero parecía no importarles el hecho de haber tenido una hermosa bendición de su matrimonio.
—Bappie está en perfecta salud. —Se quitó el estetoscopio—. Parece que su nueva dieta le sentó bien. —Por lo menos la joven no era de esas que podían hasta envenenar la comida de su perro con tal de verle—. Como este chequeo es matutino, puedes regresar la semana que viene, le recomiendo que lo saque a pasear seguidamente.
—Muy bien, señor Kiryuu. Tengo una duda, ¿sigo con la dieta o se le agrega algo más?
Zero palmeó el costado del animal, recibió jadeos de simpatía y una cola que se movía muy contenta.
—Un premio para Bappie le caería muy bien, uno después de cada comida, no es bueno los excesos de croquetas, le recomiendo unas que venden en la tienda de Valentín, hay buena variedad para perros como él.
—Muchas gracias. Lo veo la próxima semana. —La joven se despidió respetuosamente.
Recordaba vagamente el día en que ella había llegado por primera vez a una consulta, se veía que tenía intenciones de coquetearle, ella se dio cuenta que Zero no era cualquier hombre que respondían a un cortejo y más de una joven tan hermosa.
Zero tenía veintinueve años, a su edad debería estar apenas casándose, no estar viudo y criando a una niña de cinco años, o eso era lo que le decía constantemente su padre y hermano.
Su esposa fue una mujer maravillosa y cualquiera se hubiera enamorado de ella, lastimosamente tuvo que fallecer después de haber visto a su hija cumplir un año de vida.
—Guapo, ¿me das tu número? —una voz forzosamente chillona le hizo escapar una carcajada.
—Deja de jugar así, Kaname.
—Y tú eres un imbécil, ¡qué mujer más guapa tenías a tu disposición! Eres viudo por el amor de Dios, tienes el derecho de salir con alguien. Seguramente a Edith le hubiera gustado que siguieras con tu vida.
—Y sigo con mi vida, solo no me ha llamado alguien la atención, eso es todo.
Se escuchó una carcajada por parte de Kaname. Zero estaba acostumbrado a que el Kuran le juzgara por no "aprovechar", la apariencia exótica de Zero atraía a muchas personas.
—El Zero que yo conocí era un enamoradizo en potencia, no creas que no lo sé, tu madre suele contarme cosas sobre ti, no sabía que tu primer amor fue con una niña ciega del jardín.
Zero suspiró. Con tal que su madre no contara detalles de su orientación sexual y preferencias estaba más tranquilo.
—Ese Zero que conociste era un hormonal, ¿por qué crees que tengo una hija de cinco años sabiendo que yo tengo veintinueve y soy viudo? —Sentía un sabor amargo cuando decía que era viudo.
Kaname sentía que su colega de trabajo y amigo no había superado la muerte de Edith, sin mencionar que su hija Yoshiko era la personalidad de su madre y padre andante.

ESTÁS LEYENDO
Dimensiones (Bl/Crossover)
FanfictionUnos científicos encontraron la ruptura entre su mundo y otro desconocido. Hallaron cuatro cuerpos en estado de hibernación, son grandes y con extremidades muy parecidas a los seres humanos; dos machos y dos hembras. Los transportaron a salas...