Capítulo 5.

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                «Creo que el que debe estar loco soy yo» se decía mentalmente mientras servía el desayuno con la mayor calma posible, así es, el tal Sesshomaru estaba sentado en el comedor llevando puesta su ropa —que de milagro le entró—, se veía normal sin esas marcas en la cara y con las orejas normales...y sin garras.

¿Qué cuál era la razón por la que se veía como un humano normal? Bueno, después de que casi le diera un derrame cerebral por las explicaciones de este sujeto, había activado algo que se llamaba "método de camuflaje" que al parecer lo usaba para emergencia.

—Mira, en cualquier momento mi hija se va a despertar, así que no quiero que digas nada sobre lo de Eve, tu raza, ni de laboratorios. Solo finge que eres algún amigo o algo así. ¿No te molesta tener el cabello suelto? Hace calor con solo verte el cabello.

—Aguantamos las temperaturas extremas. —Levantó su mirada con un deje casi automático, como si se tratara de algún androide o algo así—. Creo que alguien se aproxima. ¿Tengo que esconderme?

—¿Qué?, no. Así estás bien, es mi hija, conozco sus pasos por donde quiera que vaya. —Era muy incómodo tratar de que fluyera una conversación con una persona que conocía de la nada. 

Yoshiko entró al comedor con sus enérgicos Buenos Días...

Zero solo había dormido una hora porque no podía confiar en un completo extraño que lo único que hizo fue sentarse en el suelo hasta que no le dijera que se levante.

—¡Papá...! —Se había detenido, era como si se hubiera quedado congelada cual estatua. Sus ojos avellana miraban fijamente a Sesshomaru con desconfianza.

—Yoshiko, él es...un amigo, su nombre es Sesshomaru y vino de visita.

Ella solo caminó en silencio y abrazó la pierna de su papá. «Parece que también se siente insegura con su presencia», suspiró, no era el único.

—¿Quieres tostadas o cereal? Sesshomaru y yo comeremos en la terraza.

—¡Cereal con fresas!

—Hecho. —Sacó una tasa de cereal—. Sesshomaru, ¿podrías ir a la terraza? Hay una escalera por la parte de atrás.

Éste asintió para después levantarse e irse. Zero sirvió la leche en el tazón y cereal. Fue al refrigerador y sacó tres fresas y las puso en el tazón. Se lo dio a su hija, quien sonrió con entusiasmo. 

—Espero que no hayas tocado a Tilla, amo a los animales, pero pueden cargar con suciedad. —«Ahora que lo pienso, necesito bañarla» pensó.

—¡Yo no la toqué! —Puso el tazón en la mesa y su hija se sentó—. Gracias, papá.

—Puedes ver caricaturas después de comer, búscame si me necesitas, estaré arriba con Sesshomaru, no demoraré. —Comenzó a servir otros tazones con cereal—. Puedes subir si quieres, pero solo si terminas de acomodar tu cuarto. —Vio que la niña infló sus mejillas y frunció el entrecejo—. Eso ya no va a funcionar conmigo. —Sacudió el cabello plateado de Yoshiko con una mano—. Si lo haces, jugaré contigo al caballo.

—¡Sí!

Zero subió a la terraza con dos tazones de cereal en las manos.

Sesshomaru estaba de pie, mirando todo desde allí, éste se percató de la presencia de Zero y solo se le quedó mirando como si estuviera esperando una orden «¿cuál es su afán de obedecerme?»

—Siéntate por favor, me pones de nervios. —Y vio obedeció sin más, ¿acaso no le iba a poner un pero? Zero se sentó junto a él sintiendo una presión sobre su estómago—. Te traje cereal, espero que te guste ya que no sé lo que comes. 

Dimensiones (Bl/Crossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora