Miraba sus manos con vacilación, respiró hondo para no alterarse por lo que estaba a punto de hacer, «bien, respira hondo, solo tienes que estar tranquila y decirles que no te puedes casar con Marcus», ni siquiera sus pensamientos eran capaces de tranquilizarla. Tenía que hacerlo por ella y su futuro.
Tenía un lío en toda su mente; no importaba cuánto sus padres la hayan criado, a veces uno no sabe si los termina decepcionando.
Se dirigió a la sala acogedora en donde se encontraban sus padres. Estaban sentados uno al lado del otro, pero parecían más distantes.
Su madre, Nirvana, era una mujer distante y de pocas palabras amables para los demás, sin olvidar que tenía un carácter dominante, al punto de que su padre no protestaba cuando ella le ordenaba algo, como si fuera su sirviente en vez de su marido, si ella no estaba de acuerdo con la sexualidad de su hija, estaba acabada.
—Bueno, ¿de qué trata esta situación? No nos visitas y citaste por nada. ¿O sí? —Nirvana sorbió su vaso de café como si se tratara de una dama burguesa, ¿cómo no mirarlo así?, su madre pertenecía a una prestigiosa familia, se regían a la disciplina desde tiempos inmemorables.
Agradecía en que ella no le haya criado bajo la estricta educación de los Renault.
—Tienes razón en eso, madre. No sé cómo reaccionarán ustedes, así que me siento nerviosa.
Su madre dejó asomar una pequeña y conservadora sonrisa, aprobando la sinceridad, ante todo.
—¿Es sobre Marcus? —preguntó su padre, agregando más tensión al ambiente.
Vanessa trató de no temblar o tartamudear.
—En gran parte, pero es más por mí. —Respiró hondo para que no sofocarse a sí misma—. No puedo casarme con Marcus.
Hubo un gran silencio entre ellos, un silencio incómodo, ambos padres la miraban, pero su madre la miraba de una manera inquietante.
—¿Qué hizo él para que decidas eso? Es un buen hombre, profesional en su trabajo y es muy bueno contigo, ¿hizo algo malo del cual tu madre y yo no estemos enterados? —preguntó su padre con una ceja arqueada.
—Él no es el problema. El problema soy yo. —Esperó una pregunta por parte de sus padres para alargar más su explicación, pero no fue así—. Madre, padre. A mi...no me gustan los hombres, me estoy viendo con una mujer.
Su padre abrió desmesuradamente los ojos, sin haberse esperado esa confesión por parte de su hija; en cambio, su madre parecía imperturbable, como si recibir confesiones de que tu hija era lesbiana le pasara todos los días.
—¿Terminaste con él? —preguntó su padre con dificultad.
—Marcus no lo sabe aún.
Su padre frunció el ceño.
—Estas loca ¿verdad? —preguntó su padre casi en un trance —. No bromees con eso Vanessa Marqués, o estarás en serios problemas.
—No estoy bromeando, papá. Me gustan las mujeres.
—Ya lo sé, ya me lo acabaste de decir, pero fuiste infiel, Vanessa, infiel, ¡yo no crié a una hija para que engañe a los demás! —vociferó levantándose del asiento con brusquedad.
—Siéntate, Reginald, no te alteres.
El hombre se tensó ante el llamado de su esposa, ella añadió:
—No me causes dolores de cabeza, Reginald, hoy no amanecí bien, si alguien va a reprender a nuestra hija sobre su infidelidad, esa seré yo.
Vanessa no se imaginaba de que sus padres iban a hablar más sobre su infidelidad que por el hecho de saber que es lesbiana.
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Dimensiones (Bl/Crossover)
FanfictionUnos científicos encontraron la ruptura entre su mundo y otro desconocido. Hallaron cuatro cuerpos en estado de hibernación, son grandes y con extremidades muy parecidas a los seres humanos; dos machos y dos hembras. Los transportaron a salas...