Capítulo 58 (LIBRO 2)

52.4K 2.5K 3.1K
                                    


-+-+-

Narra Ae

-+-+-


(Crujido...)


—Cortar los tallos largos y atarlos juntos... ¿Así?


Solía ​​pensar que el único momento en que podría recibir flores en mi vida sería cuando recibiera mi título. Mirando las rosas en mis manos, las mismas flores con las que solía hacer un comentario como anticuadas y derrochadoras, ahora entiendo los sentimientos de las personas que dan flores y las reciben, porque yo soy él que recibió las flores, y me siento feliz, así que sigo los consejos del superior de Pete y saco tres rosas, corto los tallos y los aseguro.

Puse el resto en el florero sobre el escritorio de la computadora en la habitación de Pete.

Es mejor ponerlos aquí que dejarlos en mi habitación y dejar que Pond los pisotee.


—¿Quién es Ae de Ingeniería?

—¡Maldición!


Coloco las rosas que ya han sido cortadas y atadas bien al lado del armario de mi novio  para poder llevarlas de regreso a mi dormitorio cuando regrese allí mañana. Pero en este momento, escucho una voz que me hace escapar un insulto.

No estoy maldiciendo a nadie en particular, ni estoy enojado... Solo soy... tímido.

Después de arreglar todo, camino hacia la puerta del dormitorio y veo a Pete acostado en el sofá  mirando su móvil con gran interés. Él se ríe, sus ojos ni siquiera parpadean. 

Está mirando el video que se grabó esta tarde. Debe haberlo visto al menos 4 o 5 veces.


—Ae, ven y mírate. Estabas muy avergonzado.


Si quieres hablar sobre la diferencia entre este video y lo que sucedió esta tarde, entonces debe ser la narración de Pond  que agregó cuando estaba grabando...


—¡Todos, rápido! ¡Vamos a echar un vistazo! ¡Quien no haya visto a Ae ser tímido debería echar un vistazo ahora! ¡Es gracioso!


¡Juro que definitivamente quemaré la almohada de Pond mañana!


—Mun kong pen kwahm ruk ~~


(Agarrar)


—¡No mires!


Cuando la canción sale del teléfono, extiendo la mano, agarro el  móvil de Pete y luego lo bloqueo. Levanta la cabeza y me mira. Cada vez que le muestro mi cara terca, se enoja, pero esta vez, no solo no está molesto, sino que también forma una sonrisa tan brillante que hace que sus ojos  se entrecierren.


—Estas sonrojado...

—¡No lo estoy!


Nunca admitiré que me sonrojo.


—Debes sentirte tímido, ¿no?

Our unexpected story 1,2,3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora