No había nada mejor que una suave caricia en la mejilla, un beso en la frente y unos dedos revoloteando juguetones sobre su cabello. Marco abrió sus ojos lentamente para encontrar aquellos succinos mirándole con suma ternura, era su primer día de trabajo y estaba emocionado.
— Buenos días Jean — dijo con la voz un poco ronca producto del sueño.
— Buenos días — respondió con una bella sonrisa, le regaló un sutil beso en la frente haciéndole reír—. Tus ojos son tan oscuros como el café que bebo cada mañana; tu piel de merengue me hace querer comerte a bocados cada vez que te veo — murmuró bajito.
El pecoso sintió su corazón correr trepidante dentro de su pecho, podría jurar que sus mejillas estaban escandalosamente rojas; el no respondió nada, ¿qué podía decir?, si aquel poema no era inspirado en él, se sintió realmente afligido.
Se levantó de la cama soltando un largo bostezo un poco después, dirigió sus pasos al baño para cepillar sus dientes, se miró al espejo notando unas pequeñas ojeras; quizá quedarse a hablar con Jean hasta tarde era la causa de aquellas marcas oscuras bajo sus ojos. Se lavó la cara con agua fría para tratar de refrescar su imagen, y aparentemente lo había logrado; ahora se veía radiante. Se aseó poco después, quedando listo para salir a trabajar.
Bajó las escaleras a trote como cada mañana, se sintió algo aliviado al no oír el llanto de aquel castaño, caminó un par de pasos hasta llegar a la sala, el de ojos mieles estaba parado en la ventana; era como si quisiera averiguar algo, o quizá trataba de sentir el sol sobre sus mejillas.
Bodt no dudó en acercarse por la espalda, le tocó el hombro para llamar a su atención, Kirschtein volteó lentamente con sus succinos húmedos; como siempre estaba llorando...
El azabache le tomó por las mejillas mirando fijamente aquel hermoso par ámbares.
—Te irás, ¿no es así? —cuestionó Jean viéndole lleno de congoja —. Marcus..., ¿me dejarás solo otra vez?
Sintió sus orbes pardos humedecidos a la par que negaba con su cabeza, se preguntaba qué era eso que sentía, no estaba seguro si era tristeza o quizá lástima, sólo sabía que quería llorar.
— Prometo que volveré —dijo Marco mientras acariciaba vagamente aquellas mejillas con sus pulgares —; vendré esta misma tarde.
El castaño sonrió de una manera preciosa, rápidamente le dio un beso en la puntita de los labios, tomando por sorpresa al de ojos cafés, quien solo se limitó a cerrar sus ojos y disfrutar de la suavidad de los belfos ajenos; se sentía tan real. No fue un beso largo, ni mucho menos apasionado; fue solo un sutil contacto que provocó una explosión en su pecho.
Ese tipo de cosas a Jean le hacían sentir vivo...
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Ojos De Perro {Jean×Marco} #kurisumasuawardsbl19
FanfictionPorque a Marco le decían que estaba loco por creer poder ver extrañas apariciones, aquellas supuestas alucinaciones le condujeron a una serie de acontecimientos. ¿Se puede morir de amor? ¿Matar por amor? 🏆Ganadora en los Kurisumasu Awards BL 19...