Prólogo

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—Marie

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—Marie..., ¿dónde estás?—preguntó el pequeño pecoso mientras rebuscaba entre los muebles de la casa—. ¡Te encontré!—exclamó mientras miraba detrás de las cortinas de salón, la niña se veía molesta porque Marco siempre le encontraba en cada intento.

—Si quieres podemos jugar otro juego—entonces la pequeña de cabellos castaños y rizados asintio, le dijo que quería tomar el té.

Ambos tomaron asiento en medio del salón; Marie era su mejor amiga, todos los días venía a su casa a jugar y luego se iba, él realmente no comprendía porque nunca veía a sus padres, pero creía que ella vivía cerca, por lo que siempre la veía seguido; otras de las cosas que le parecía intrigante era el hecho de que utilizaba la misma ropa, pero el mayor de los misterios sin dura era el porque solamente él podía verla.

—Marco—dijo su madre en cuanto le encontró sentando en el suelo, rápidamente se acercó a su hijo con curiosidad—. ¿Qué haces aquí?—cuestionó la dama.

—Estoy jugando con Marie—dijo sin más el pequeño niño mientras señalaba a la niña que estaba frente a él.

La mujer se mantuvo estática al no poder ver a la tal chica, sacudió la cabeza en desaprobación hacia su retoño.

—Hijo, ahí no hay nadie—expresó ella incrédula.

—Claro que sí, ahí está Marie—respondió el chico.

A todo esto la madre pensaba que era algún tipo de amigo imaginario, o quizá una broma de su hijo, así que decidió seguirle la corriente.

—¿Cómo luce tu amiga?—cuestionó bromeando un tanto.

—Es muy bonita...—empezó por decir—, tiene ojos cafés y cabello chocolate rizado—comentó—. Lleva un vestido de flores rojas y amarillas; también tiene zapatos blancos.

Pero la cara de pánico de su progenitora no tuvo precio, su rostro palideció y sus piernas flaquearon. Era su hermanita menor que había muerto de una rara enfermedad...

Eso no era real

No era real.

No era real.

No era real

Él sabia que todo aquello que aparecía ante sus ojos era real, sin embargo no eran tangibles, pero de alguna manera aquellas personas casi transparentes podían comunicarse con él. Desde muy temprana edad aquel don se manifestó en él, aunque su familia lo creyera una enfermedad mental y hasta una maldición.

Ya era costumbre verle hablar solo con el aire, que llamara a nombres de personas desconocidas y hasta sus antepasados.

Decenas de psicólogos le habían visitado y cada uno diagnosticaba un problema distinto y algunos otros solamente decían que él era un chico normal.

Muchas veces aquellas apariciones eran sumamente horrendas, le causaban pavor cuando se cruzaban frentes sus ojos. En ocasiones eran seres malignos, mientras que otros sólo buscaban descansar; era gente muerta y al final no había nada que pudiera hacer para ayudarles. O quizás sí.

Hola, hola. Aquí Linker, me he inspirado un poco, así aquí les traigo algo especial, espero que le den la oportunidad a este fic.

Disculpen si hay alguna falla ortográfica, los quiero mucho linduras.

Ojos De Perro {Jean×Marco} #kurisumasuawardsbl19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora