III

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En aquella tarde lluviosa,en la oscuridad de un callejón apenas iluminado, la sangre brotó de su cuello. Apenas podía respirar y el agonizante lamento que salía de su mutilada garganta era lo único que se podía escuchar en los alrededores.

Nadie se atrevería a pasar por un barrio tan bajo en medio de la lluvia, aunque pidiese ayuda nadie iría a buscarle.

Él estaba solo, toda su vida había sido así.

La rabia le inundó, ni siquiera había visto como le hirieron. Un segundo estaba con el mechero que el capo del sector le había dado como prueba de acceso y al siguiente se encontraba retorciéndose al lado de la basura, completamente empapado de la lluvia y su propia sangre.

Se sentía raro, hace un momento el dolor le golpeó pero de un segundo a otro una extraña sensación de esparció aminorando el sufrimiento. Podía jurar que era la propia adrenalina la que le golpeaba.

Pequeños sonidos comenzaron a escucharse, el albino volteó desesperado a todos lados, al no encontrar nada se dió cuenta que todo provenía de su cuello sangrante. Separó una de sus manos para echarle un vistazo rápido, unas extrañas criaturas salían de la sangre que manchaba su mano.

-¡Ah!- Jadeó fuertemente.

El primer instinto fué lanzarlas lo más fuerte que pudo, sacudió su mano en un fuerte movimiento con la esperanza de apartar esas cosas.

No se apartaron, en las manchas de sangre podría ver como esos pequeños seres de textura similar al metal hacían leves movimientos mientras chillaban.

En esa lluviosa tarde de 1994 pasó algo que marcaría la vida del hombre albino.
Al igual que Maggie, Giotto Cesare había muerto.

Era hora del nacimiento de Risotto Nero.

Cuando entró a Passione, Risotto sabía que cada pieza de su pasado debía ser abandonada. Tras el primer asesinato estaba condenado a una vida de muerte y miseria. La mafia le había dado una oportunidad de seguir adelante, solo podía ignorar su pasado si deseaba seguir viviendo.

Pero simplemente ya no podía, la niña que lo había apoyado en su momento más vulnerable había aparecido, ahora era una mujer adulta que estaba fuertemente ligada a la mafia.

Nunca miró atrás, era por ello que no volvió a ver el rostro de (__) a pesar de que este era una sensación en las noticias frívolas. Ahora saber de ella se había vuelto una necesidad para tratar de saciar su curiosidad. Era por ello que justo en ese momento, en su pequeña oficina, se encontraban frente a él una serie de artículos relacionados a la llamada dama de la muerte.

Las fotografías mostraban algo claro, a medida que pasaban los años aquella tierna mirada que caracterizaba esos ojos (c/o) perdía brillo. Quizá el trabajar con los muertos te arrebataba un poco de humanidad y te volvía algo similar a ellos, no sería completamente descabellado para el pensamiento de Risotto.

¿Debía ir a buscarla? Si lo hacía. ¿Qué podía ganar de ello? ¿Cómo reaccionaría?

No lo sabía, la respuesta a todas aquellas preguntas era un total misterio.

Quizá podía estar agradecido con ella, después de todo sus sinceras palabras y llanto fueron el motor para volverse más fuerte.

En los meses que pasó con Maggie y (__), Giotto había reído como nunca, por primera vez en mucho tiempo comenzó a sentirse como un verdadero niño y no como la basura que su padre le decía que era. Su nueva familia era amorosa, tan alegre que comenzó a pensar que él también podía ser feliz, incluso había encontrado a una niña de su edad que genuinamente quería ser su amiga.

Senza Fine [Risotto x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora