Día 25

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Tenten casi deja caer el vaso de cristal que secaba después de haberlo lavado con varios más cuando escuchó y vio como alguien aventaba su bolso aparentemente costoso en la barra, los anillos en la mano de Karin resonaron con fuerza cuando ella tocó la madera compactada de la barra.

—Oye si, te estoy hablando a ti así que no te hagas la desentendida conmigo mesera —Karin trono los dedos de su mano con una mueca de disgusto.

—¿Disculpe? —la castaña detrás de la barra le miró sin educación alguna al ver que era ella— ¿va a ordenar algo?, porque esas no son maneras de pedirlo.

—¡Ja! ¿ahora juegas a la mosquita muerta? —Karin rio con sarcasmo— guardatelo para los hombres que creen que vales la pena.

—Ok, está siendo muy grosera y no sé el por qué, no quiero saberlo, así que le pediré amablemente que se retire.

—¿Dónde está?, ¿apagaste su celular y se lo quitaste como parte de tu juego?, Lleva semanas sin un mensaje o llamada y cuando yo llamo su celular está fuera de servicio o apagado, tampoco ha llegado a su departamento en semanas según la seguridad privada del lugar —Karin sonrió y negó con la cabeza— en serio no puedo creer que Neji se creyera toda esta inocencia disfrazada tuya, al principio casi me sentí mal por ti pero ahora me alegro que todo lo que te pase en este jueguito.

—No tengo idea de que estás hablando —Tenten frunció el ceño realmente enojada— tampoco he visto a Neji en días desde que...

Y Tenten se detuvo desvío la mirada al recordar lo herido y desesperado que se veía cuando estaban en la isla, no podía mentirse a sí misma cuando se preguntaba a diario si estaría bien después del golpe que Gaara le había dado.

—Bien, ¿sabes qué?, adelante quédatelo ya no me interesa tengo otras fuentes de ingreso mejores —Karin colocó sus manos en su cadera con una actitud totalmente alzada de orgullo— después de todo que mujer en su sano juicio querría pasar el resto de sus días con un hombre que ni siquiera deja que lo toquen a causa de un patético trauma de la infancia.

Y eso bastó para que Tenten dejara lo que hacía de inmediato y saliera de la barra propinándole un golpe en la mejilla a la pelirroja.

—¡Largo de mi cafetería! —mencionó furiosa ya sin importarle los pocos clientes que ahora miraban expectantes junto con Ino— no vuelvas a venir aquí jamás —la amenazó por último.

Karin sobó su mejilla irritada y con molestia y después sonrió hacía Tenten.

—¿Sabes?, había planeado venir a decirte la razón por la que Neji realmente se acercó a una patética mesera como tú, tenía realmente lástima por una simple mesera como tú en algún momento pero... —se aproximó y tomó su bolso, siguió sonriendo con diversión hacia la castaña— dejaré que lo descubras por tu cuenta, será más divertido, créeme, hablando de volver a este asqueroso lugar por dios no, no te preocupes por eso, claro que no lo haré, hasta las ratas preferirían un mejor lugar para vivir que esta pocilga —antes de salir volteó de nuevo a Tenten con una sonrisa de amabilidad falsa— por cierto el café es asqueroso, hasta nunca mesera.

Tenten le dirigió la mirada molesta hasta que la perdió de vista, regresó a la barra a seguir con su trabajo.

—Tenten, ¿estás bien? —Ino se acercó preocupada.

Fue cuando Tenten se dio cuenta de que sus lágrimas habían caído en su área de trabajo.

—Si —limpió sus lágrimas mientras señaló a Ino los pasteles en la barra— son para la mesa cinco.

Ino los llevo en silencio aun preocupada por su amiga.

Tenten desvío la mirada hacia la esquina vacía donde Neji la había acosado por semanas, y no podía negarlo desde hace días extrañó verlo sentado ahí sólo observándola trabajar.

28 Días Para EnamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora