Capítulo 1- Vidrio negro

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Llegué a un final de ese lago, aún no podía moverme.
Una voz resonó en mi cabeza.

"Si despiertas en la mañana solo, haces lo que quieras sin importar qué y nadie puede juzgarte. ¿A eso se le llama libertad o soledad?"

Me asusté bastante, intentaba comprender de quién era esa voz y por qué aún estaba inmóvil.
Sentí algo más helado que el agua en mí espalda. La superficie era muy fría, tanto que quemaba.

Luego de un rato podía respirar, lo hice tan repentinamente que me ahogué y comencé a tocer algo deseperada.
Eso causó que me despertara.


- ¿Qué? ¿Dónde?- Hablé sola mientras veía a mí alrededor confundida- ¿Quién me habló?- preguntándome muchas cosas en voz alta, me di cuenta de que estaba totalmente abandonada, en un bosque en donde ya había nevado o estaban cayendo pequeños copos de nieve.


Sentí un poco de desesperación, no tenía idea de qué hacer en una situación como ésta. El susto me nubló completamente la mente y solamente podía pensar que todo estaba mal y fuera de lugar.

Miré los árboles, sin ninguna razón, mientras la ventizca se hacia más fuerte y el lugar se ponía aún más frío.

Sabía que sentada no iba a lograr nada, pero tampoco sabía como comenzar a hacer algo.

Supuse que todo empezaba al caminar, así que me levanté y lo hice.

A los pocos metros comencé a adentrarme entre los pinos, mirando al piso, me encontré con un extraño objeto que brillaba.
Desde lejos parecía algo muy bonito, me acerqué pensando que al menos algo bueno podía pasarme en una situación tan extraña- quizá algo valioso-.

Cuando lo saqué de allí, sorpresa, solamente era un extraño vidrio negro que no despedía ni un brillo.
Pensé que se parecía a una oscuridad comprimida y extraña.
Me invadieron muchas preguntas, pero solamente pude soltar un quejido leve:

- Oh, qué mal...

- ¿Qué mierda haces allí?- preguntó detrás un hombre, el que había oído anteriormente. Tenía una voz ronca, gruesa y algo extraña, pero se acercaba un sentimiento que aún no reconocía.
Sentí un leve cosquilleo que comenzaba por mi columna y se esparcía por todo mi cuerpo.

Después de esa sensación electrizante, logré darme la vuelta y verlo:- ¿E...eh?

Un chico alto, con una capucha que tapaba completamente su rostro gracias a una campera, más unos pantalones algo desgastados y largos y unas zapatillas algo rotas. Toda su vestimenta era negra o grisáceo oscura.
Cualquiera pensaría que era un vagabundo, que te secuestraría y vendería tus órganos o se los comería, las dos eran buenas opciones para él.

Pero, logré distinguir un rasgo que no era humano; sus ojos, grandes y ovalados, totalmente blancos. Lo más brillante que tenía además de su sonrisa diabólica. Me provocaban un sentimiento inexplicable, pero agradable.
Ahí me di cuenta de que estaba viendo uno de los personajes ficticios creados por la mente de Joaquín -mi novio-: 676.

* No tiene características de alguien humano, de hecho, es totalmente de oscuridad y necesita cubrirse de la luz porque lo debilita- aunque tampoco es que le agrade mucho el sol o los días así. Parece un total emo, PERO NO LO ES-.

* Tiene garras en vez de manos, las cuales puede controlar cuando él quiera. Las hace crecer o las deforma a su gusto, y lo mismo para su cuerpo.

Buscando Voces- Corrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora