Buscando Voces- Corrección.

Capítulo 9- Objeto clave

Mr. Fahrenheit, un chico adolescente "subido de tono".
Vestido simplemente con una camisa mangas cortas, una bermuda y unos lentes de sol que lo hacen ver, para él, atractivo.

* Su pelo es de fuego; su cuerpo humano, con una temperatura alta- diciéndolo de muchas formas-.

* Es un piromaníaco y posee habilidades de fuego, puede sacarlo de las manos y quemar lo que quiera a voluntad.

* Puede considerarse un satiriaco, le encanta coquetear con chicas y conseguir muchas oportunidades de algún "encuentro amoroso".

* Dato: Una de esas chicas fui yo. Me negué.

* Es incapaz de mantener una relación con solo una persona.

* Interpreta o intenta interpretar lo que puede con el sexo.

* Otro dato: No se lleva bien con 676 por eso. Además él es oscuridad y Fahrenheit fuego.

* A pesar de sus defectos, no me molestaba, podía ser inoportuno para hacer chistes en ocasiones. Es un comediante de nivel medio, puede hacerte reír y en ocasiones, enojarte.

* Se lo considera bastante atrevido, aunque puede estar sin coquetear o refiriéndose a algo sexual y ser un buen amigo... por un rato.

* No comprende bien lo que es la moral. Tampoco le importa mucho lo que digan de él.

No hablábamos demasiado, pero a pesar de todo, me hacía reír y lo conocía un poco. No era alguien muy difícil de analizar.
En resumen, puedo decir que es agradable hasta cierto punto y chistoso.
Lo llamaba Farent para abreviar su nombre.

- Ugh...- le quitó la mano del hombro mientras se levantaba- dijiste que no era una trampa, inútil.

-- Jeje, con calma, no muerdo.

- Yo sí.

-- Calma Chihuahua.

- Te voy a hacer ladrar como un Chihuahua, ¡hijo de puta...!

- Bueno, calma- me metí al medio para que no ocurriera otro conflicto físico-. Buenas, Farent- lo miré aun tapando a 676, sonreí.

-- Buenas tardes, chica ardiente- tomó mi mano y la besó.

676 despidió un sonido de asco:- Ugh...

-- ¿Te gustó la habitación?- ignorándolo, me siguió hablando.

- No mucho la verdad...- desvíe mi mirada algo incómoda. Suspiré.

-- Sí, perdón por eso. No podía controlarlo...

- Ajá, y el que nos hablaba por el parlante no eras tú- respondió sarcásticamente.

-- Aunque no lo creas, no lo hacía por gusto.

- ¿Por qué lo hacías entonces, señor galán?- cuestionó de forma vulgar- ¿Te querían cortar el pene para asustarte y hacer que tus supuestos amigos sufran? ¿Eh?