Apenas unos segundos parados frente a la puerta, sentí un calor impresionante. La luz era muy potente; el piso solamente una superficie flotante sin bordes y abajo esperaban unas llamas intensas si es que alguno caía, se propagaban de arriba hacia abajo como locas.
Temí por la vida de mis amigos, pensé que alguno podría salir lastimado.- Me recuerda a Fahrenheit- nombré a otra voz.
- Quizá sea porque ésta debe ser su habitación.
- ¿En serio?- lo miré extrañada.
- Eso creo, sólo analiza un poco: a mí no me gusta estar expuesto a mucha luz, esta chica- señaló a 16 horas- es muy débil y sensible como la otra, mientras que el "mosito caballeroso" es demasiado elegante como para estar en este tipo de lugar.
En su discurso se refirió a muchas otras voces que probablemente encontraríamos luego.
- Hey... m...mi nombre es 16 horas- comentó algo indignada.
- Hola- luego prosiguió sin darle mucha importancia-. Y si somos directos, el ninfómano tiene fuego como pelo.
- Sí, me había quedado claro desde antes, pero igual gracias por explicar.
- De nada- lo noté un poco debilitado, además su cuerpo se veía desvanecido-. Necesito pasar esto rápido o de alguna forma, no me gusta sentirme así.
Pensé un rato, se me vinieron dos ideas a la mente:- ¡Podrías esconderte bajo mi abrigo o podríamos prestarte más ropa para que te cubras!- exclamé.
La propuesta lo dejó pensativo, como si esconderse en mi abrigo fuese muy sugerente o lo de cubrirlo no fuese a funcionar.
- Creo que es buena idea... esconderme dentro de tu abrigo- intentó desviar mi mirada, parecía avergonzado.
- Bueno, ¡vamos!- estiré mis brazos hacia delante- Con confianza, puedes darme tu ropa, yo la llevaré.
- Espera- miró a Choco-. Date la vuelta- dijo bastante serio.
- E...está bien- lo hizo sin quejarse mientras temblaba un poco. Realmente la intimidaba.
Rápidamente su ropa cayó al piso y vi como una sombra se metía dentro de mi buzo, a pesar de que estuviese dentro no se notaba ningún relieve:- Wow, ¿cómo estás ahí?
- Debo admitir que es cómodo, y oscuro- mientras hablaba, por curiosidad, miré por el cuello de mí abrigo. Solamente se veían sus ojos blancos más su boca, moviéndose y demás. Reí un poco-. Cualquier cosa abre esa parte del buzo y yo atacaré al que esté molestando, aunque sería más cómodo con una campera.
- Okey, quizá la próxima pueda ponerme tu campera, ¡jaja!- dije en chiste. Comenzó a acercarse a mi cara y saliendo levemente nos miró a ambas.
- No seas tontita. Ahora muévanse.
- Bueno, bueno. No seas tan amargado, tontito- recogí su ropa mientras seguía riendo un poco. Agarré la mano de 16 horas sonriente-. Ya es hora, vamos.
- ¡C...claro!- exclamó y correspondió mi agarre junto con la sonrisa.
Nos adentramos a la habitación con cautela, 676 se escondió en mi abrigo nuevamente. Apenas lo hicimos, notamos que la salida estaba bastante cerca.
Tenía tres puertas con unos carteles raros.
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Buscando Voces- Corrección.
Random«Adolescentes entre trece y catorce años de edad entran en coma el mismo día a la misma hora.» En este libro, "Buscando voces"; hablaremos de Sofía- uno de los adolescentes nombrados-, que en su estado comatoso deberá superarse a sí misma y salir...