Perfect life

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La semana de exámenes ha pasado, hoy es viernes y hoy es mi último exámen, el de química. Ayer en la tarde, desde las 6:30 empezé a estudiar con un compañero y terminamos a las 10:00 de la noche. La materia estaba dificil pero logré entender. 

Llegó la hora del exámen, estoy super nerviosa porque quiero salir bien y aunque ayer estudié mucho  aún me siento confundida. El exámen fue de tres hojas, vi la última hoja y me llevé una gran sorpresa, anoche cuando estaba estudiando se me ocurrió repasar el exámen pasado de química, y para mi suerte la hoja del exámen de hoy era exáctamente al exámen pasado, lo hice super fácil pero igual fallé en algunas cosas. 

Cuando terminamos el exámen todos nos sentíamos alegres y emocionados porque las vacaciones habían llegado, nos mojamos, vimos partidos de futbol y estuvimos en la piscina del colegio. 

Cuando acabaron las clases me despedí de mis compañeros y me fui a casa. Cuando llegué, me acosté en la cama y por mi mente pasaban muchas cosas, pero lo que mas pensaba era que estaba harta de mi vida porque siempre ha sido una rutina, siempre ha sido lo mismo día a día. En la mañana ir al colegio, en la tarde llegar a la casa y descansar o estudiar y en la noche dormir. 

Esa rutina quiero eliminarla, quiero aventurarme a experiencias jamás vividas, quiero ser libre, quiero hacer lo que quiero sin que nadie me diga que no, quiero ser yo, quiero hacer mi vida perfecta. 

Lo primero que debía hacer para poder hacer mi vida perfecta era dejar de estudiar. Nunca me ha gustado estudiar y si quería hacer mi vida perfecta, se supone que debo hacer todo lo que me gusta y no debo hacer lo que no me gusta hacer. Me preocupaba que en un futuro me afectara y sabía perfectamente que así iba a ser pero la verdad es que ya no me importaba porque... 

Ahora, el problema mas grande era decirles a mis padres que quiero dejar de estudiar para hacer mi vida perfecta. Mis padres siempre han sido muy estrictos y lo que mas anhelan es que yo estudie y sea una profesional algún día. 

Estaba muy decidida a hacer mi vida perfecta, cueste lo que cueste. 

- Papá, mamá, quiero comunicarles que dejaré de estudiar, las razones no se las diré porque talvez para ustedes son muy tontas pero esta es mi decisión y no quiero que me la cuestionen. 

- Mónica, hija, desde que naciste has sido el mejor regalo que nos dio la vida, pero ahora has crecido y comprendemos que quieras hacer tu vida a tu manera, pero no dejaremos que dejes de estudiar. 

- Entiendan que estoy muy decidida con lo que quiero hacer y no hay marcha atrás. Aunque no estén de acuerdo con esto quiero despedirme de ustedes pero... 

- ¿Hija pero a donde vas a ir? No tienes ningun lugar a donde ir y tampoco tienes dinero - dijo mi padre, interrumpiendo lo que iba a decir. 

- Conseguiré un trabajo ya sea en una tienda vendiendo ropa o en un supermercado. Antes de que me interrumpieran quería decirles que quiero despedirme de ustedes, no se cuando vendré a visitarlos asi que adiós. Los amo con todo mi corazón y deseenme suerte porque la voy a necesitar. 

Subí a mi habitación, empaqué toda mi ropa, mis zapatos, mi cepillo de dientes, mis pulseras, collares, aretes, perfumes, adornos de mi cuarto, fotografías. Bajo el colchon de mi cama tenía guadado mis ahorros, los metí en un bolso pequeño, cerré mi maleta y bajé para despedirme. 

La despedida no fue lo que esperaba, mis padres estaban enfadados conmigo y los entendía, cualquier padre se enojaría si su hija toma la decisión de dejar sus estudios, pero mis razones eran las que me mantenían tan decidida y fuerte. 

Mientras me dirigía hacia la casa de mi amiga Brenda, derramé algunas lágrimas pero tenía que ser fuerte. En el sótano de la casa de Brenda era donde me iba a quedar a vivir mientras conseguía algún lugar permanente y trabajo. 

Toqué el timbre de la casa, Brenda abrió la puerta y muy contenta me saludó. 

- Hola Mónica, que gusto que hayas llegado a tiempo para la cena, me imagino que tienes hambre. 

- si, tengo mucha hambre. 

- Pasa y deja tus cosas en la sala, ya mas tarde te instalaras en tu cuarto. 

Brenda siempre ha sido mi mejor amiga desde que estamos pequeñas, por eso recurrí a ella en esta situación, además de que su casa es muy hermosa y muy grande y sus padres no se molestaron para nada, me ofrecen comida y estan de acuerdo en que me quede hasta consiga trabajo. 

- Brenda, ya está la comida- gritó la mamá de Brenda desde la cocina. 

- Vamos Mónica, es hora de comer. 

Cuando llegamos a la cocina estaban los padres de Brenda poniendo la mesa. Ni siquiera de habían dado cuenta de que había llegado. 

- Mónica, que sorpresa, pensabamos que llegarías mas tarde- dijo Nora, la mamá de Brenda 

- Se me adelantaron un poco las cosas y por eso llegué antes. 

- Hola Mónica, que gusto verte- Dijo Ralf, el papá de Brenda. 

Nos sentamos en la mesa a comer, la comida estaba deliciosa y me hacía recordar a mi madre. La cena fue agradable, hablamos sobre como le iba en la universidad a Brenda y otros temas. 

Después de la cena quería ir a mi cuarto, si es que se le puede llamar así, y dormir. Brenda me llevó hacia la habitación donde iba a domir. 

El sótano no se parecía a un sótano normal, con cosas viejas, cajas y herramientas. Tenía una cama, una ventana, un espejo junto con una mesita donde poner mis cosas, también tenía un baño pequeño y un closet. Creo que era mas bien un cuarto de huespedes porque hasta donde yo se los sótanos no tienen baño ni cama ni closet. 

Brenda me dejó sola para que me instalara, acomodé mi ropa en el closet, mis cosas personales las puse en la mesa que estaba junto al espejo y todo estaba listo. Quería darme una ducha antes de dormir, heché un vistaso en el baño y auque todo era pequeño estaba muy limpio. El agua era caliente, perfecta, duré varios minutos disfrutando el agua tibia, la iba a necesitar porque la noche estaba muy fría.

Después de la ducha, cepillé mis dientes y me acosté. No podía dormir, me sentía rara, extrañaba mi habitación y a mis padres y por un momento sentía arrepentimiento de lo que estaba haciendo. Pero debía recordar las razones por las cuales estoy aquí y por las cuales debo seguir. 

Mis pensamientos hicieron que cada vez que fuera quedando dormida y cuando estaba lograndolo mi sueño fue interrumpido por el ruido de la puerta, era Brenda que estaba entrando. - quiero hablar contigo Mónica- dijo Brenda, mientras se sentaba en mi cama, con un baso de leche caliente en sus manos. 

- ¿Me puedes explicar el porque estas haciendo esta estupides? 

- No, no puedo decirtelo, tranquilizate Brenda, yo se lo que hago, solo quiero hacer mi vida perfecta antes de que... Olvidaló, mas adelante sabras las razones, por ahora lo único que puedes hacer por mi es ayudarme, y si no te molesta, quisiera dormir, mañana tengo que levantarme de mañana para poder ir a conseguir trabajo. 

- Esta bien, buenas noches amiga, que descanses y que tengas suerte mañana, te quiero. 

- yo también te quiero amiga, que descanses... ¡Brenda! antes de que te vallas, dame un poco de tu leche caliente para dormir bien. 

Ya eran las 11:30 de la noche y el sueño me estaba matando, apenas puse mi cabeza en la almohada quedé profundamente dormida. 

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