Capítulo 5

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La mañana siguiente desperté a las 8:30 de la mañana porque no tenía que ir a trabajar, cosa que me gustaba mucho. Al medio día debía ir a ver a mi madre al parque, estaba nerviosa, tenía que poner mi mejor cara aunque por dentro no estuviera tan feliz. Ya estaba despierta pero todavía no me quería levantar de la cama, quería seguir descansando mi cuerpo porque ayer en la noche no pude descansar mucho que digamos.

- Hola amiga, ¿cómo amaneciste?- dijo Brenda mientras entraba a mi cuarto.

- Hola Brenda, he amanecido muy bien pero un poco cansada por lo de anoche- le contesté de una manera sarcástica.

- lo siento mucho Mónica, el parece ser un buen chico y parece que te quiere mucho.

- Ha, eso dice el pero lo único que quiere es acostarse conmigo.

- bueno, entonces si no lo quieres dámelo a mí porque está muy guapo- dijo Brenda soltando una risa

- Eeehhh, Brenda mejor vamos a comer, no quiero hablar de este tema.

Mientras iba caminando hacia la cocina pensaba en lo raro que había sentido cuando Brenda me dijo que le regalara a Owen, Jajaja como si fuera cualquier objeto, creo que sentí un poco de celos pero no sabía porque, según yo no me gusta Owen, pero, ¿porque me sentí así?, como sea, deporsi creo que con la cachetada que le di en el restaurante, me imagino que no va a querer acercarse más a mí, aunque ayer me dijo que cueste lo que cueste yo me iba a enamorar de él.

Llegamos a la mesa del comedor, ahí estaban los padres de Brenda que muy amistosos me saludaron dándome un beso en la mejilla. La verdad es que ya me sentía como en familia, y me gustaba porque extraño mucho a mi verdadera familia. Comimos gallo pinto, huevos revueltos y tostadas, bebimos jugo de frutas natural y mientras comíamos hablábamos de muchas cosas.

Terminamos de comer y quería ir a caminar un rato por la ciudad, me refiero a hacer un poco de ejercicio, si tenía que trabajar en el restaurante y usar ese uniforme, por lo menos debía mantenerme en forma.

Me puse una ropa deportiva, mi tenis, me hice una cola y me fui. El día estaba hermoso, estaba soleado, no hacía mucho frío, varias personas también estaban haciendo ejercicio, otras paseaban a sus perros y algunas parejas sentados en una banca muy acaramelados. No sé porque pero ver esas escenas románticas me hacían recordar a Owen. Me senté en unos banquitos de manera que estaban en el parque y dije - demonios, ¿porque no puedo dejar de pensar en ti? - Porque me amas Mónica- unos brazos rodearon mi cintura, escalofríos invadían todo mi cuerpo, sus labios besaron mi cuello, estaba paralizada, sabía que era Owen, hice un intento a pegarle o empujarlo pero él me detuvo las manos y me besó. No sé por qué no quise quitarme de ese beso si ya estaba harta de él pero fue un beso profundo y dulce.

- Owen, ¿enserio me amas? - dije mientras miraba sus hermosos ojos.

- te amo con todas mis fuerzas y por eso vengo a pedirte que dejes tu trabajo, no te voy a pedir que seas mi novia porque sé que no quieres saber nada de mí, pero por favor, deja ese asqueroso trabajo, realmente te creo que no te has acostado con ninguno pero es mejor que evites que pase. No soporto pensar que en cualquier momento alguien pueda lastimarte o hacerte cosas que tu no quieres, no quiero que abusen de ti. Si es por el dinero no te preocupes, yo te daré lo que necesites pero deja de trabajar ahí.

- No, no puedo dejar mi trabajo, te voy a contar porque pero no digas nada. Estoy amenazada por el gerente, dice que si hago algo en contra de él o me escapo y no vuelvo a trabajar, él me va a matar. Tengo mucho miedo y por favor no hagas nada, porque seré yo la que va a salir perjudicada.

- Mónica, porque diablos no me dijiste nada. Voy a matar a ese malparido, y tu vete para tu casa, no salgas.

Owen corrió a su carro, quise detenerlo pero no pude. Corrí lo más rápido que pude al restaurante, cuando llegué vi el carro parqueado al frente, la gente hacía mucho ruido y estaban en un círculo.

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