La Rosa Roja (Sonamy)

Capitulo 6

El chequeo en el médico había pasado más rápido de lo que Amy había esperado. El Dr. Armadillo estaba muy contento de ver a Amy y a su abuela nuevamente, y después de que ambos chequeos terminaron y todos tuvieron la oportunidad de ponerse al día, los dos erizos se fueron y se despidieron cuando salieron por la puerta. Amy y su abuela pasaron algún tiempo comprando algunas cosas en el mercado, y luego se dirigieron hacia la biblioteca donde leyeron algunos libros y tomaron prestados y compraron algunos. El tiempo pasó rápidamente, y para cuando ambos erizos regresaron a casa, estaba cerca del atardecer. Amy estaba sentada en un sillón junto a la ventana, leyendo un libro en silencio mientras su abuela se preparaba para la cena. Justo cuando la joven rosa planeaba pasar la siguiente página de su libro, hasta que nota a su abuela un poco pensativa y preocupada.

"¿Qué pasa, abuela?" Amy preguntó mientras se acercaba al lado del erizo mayor.

"Amy querida, ¿podrías regresar a la aldea y recoger algunas cosas para mí? Parece que hoy olvide algunas cosas".

Amy sonrió y asintió con la cabeza mientras se ponía la capucha roja sobre la cabeza y colgaba una cesta vacía sobre el brazo. "No te preocupes, abuela, iré por ellos. ¡Volveré pronto!" prometió antes de darse la vuelta y salir por la puerta principal.

"¡No tardes mucho, querida! ¡Ten cuidado!" su abuela la llamó, pero se desconocía si su nieta la había escuchado o no.

Amy corrió por las calles otra vez y fue rápidamente a buscar los artículos que su abuela necesitaba antes de que cerrara la tienda y llegara la noche. Mientras Amy caminaba de regreso a casa, escuchó risitas y pasos detrás de ella y rápidamente se dio vuelta para ver que no era otro que Tom y sus dos amigos.

"¿Vas a ir a algún lado, Pinkie?" preguntó con una sonrisa maliciosa mientras caminaba hacia ella.

Amy se alejó instantáneamente de él.

"Creo que me debes unas... disculpas, por escapar de mi ayer", se burló mientras trataba de avanzar hacia ella.

Los ojos de la niña rosa se abrieron de miedo, y con un movimiento de cabeza ella lo apartó mientras se daba la vuelta. "¡A-Aléjate de mí!" Amy gritó cuando comenzó a huir.

Los chicos la persiguieron rápidamente y, a pesar de lo rápido que Amy intentó escapar, lograron acercarse cada vez más a ella. Sin pensarlo realmente, Amy se volvió y se desvió en dirección al bosque, sin importarle realmente si estaba lejos del camino que conducía a la casa de su abuela o no. El joven erizo siguió corriendo y corriendo, hasta que ya no escuchó a los chicos persiguiéndola. Amy se detuvo por un momento para recuperar el aliento y soltó un suspiro de alivio al saber que finalmente estaba a salvo nuevamente. O ... ¿eso pensaba ella? Cuando finalmente tuvo la oportunidad de mirar a su alrededor, se dio cuenta de que estaba en el bosque y lejos de su hogar. Amy se había perdido sin querer realmente. Un susurro en los arbustos le llamó la atención, y Amy jadeó mientras se alejaba de los ruidos.

"¿Q-Quién está ahí? ¿Hola ...?" preguntó nerviosamente mientras retrocedía aún más.

Se escuchó un gruñido bajo, y Amy se congeló en su lugar cuando un escalofrío le recorrió la espalda. Lentamente se dio la vuelta, solo para encontrarse mirando dos ojos negros y brillantes de una enorme figura oscura. Amy gritó, e inmediatamente corrió por el bosque nuevamente cuando la figura ahora la perseguía. Amy intentó escapar, pero tropezó con un tronco caído y cayó al suelo con un ruido sordo. La figura le rugió, y Amy gritó nuevamente mientras se encogía de miedo; Este fue el final para ella. ¿Cómo iba a escapar de esta ... cosa ... viva? ¿Cómo?

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Para cuando la luna había salido completamente, Sonic era una bestia completa y estaba cazando su próxima comida. Acababa de arrinconar a una joven ciervo y estaba a punto de saltar cuando un chillido de terror atravesó el aire. La cabeza de Sonic se alzó bruscamente mientras pisaba algunas hojas muertas. Su cena lo escuchó y salió corriendo, pero la bestia apenas se dio cuenta. Sonic sintió que un extraño impulso protector lo venció cuando sus oídos reconocieron la voz a la que pertenecía el grito.