La Rosa Roja (Sonamy)

Capitulo 28

Se había mantenido fiel a su palabra; se había llevado a Amy a casa. Habían pasado dos días desde entonces, y ese noveno día de junio fue muy cálido. Aparentemente, una ola de calor se había derrumbado en el valle, y Sonic prácticamente sufrió un golpe de calor las últimas dos noches debido a lo húmedo que se pondría. Le dificultaba dormir, por lo que tuvo que ponerse al día durante el día cuando podía, lo cual era difícil ya que había tareas diarias que hacer en la casa y en el patio.

Sin embargo, ahora tenía un tiempo a solas. Era tarde en la mañana, y Amy se había ido en las horas previas para ir a la ciudad y hacer algunas compras. No había tareas en este momento, por lo que el erizo azul había decidido encontrar algo para superar su aburrimiento hasta que ella regresara. Por mucho que quisiera salir a correr, no podía arriesgarse a estar lejos de ella mientras su abuela no estaba allí. Había prometido proteger a la chica y eso hará. Sin embargo, no fue a la ciudad con ella, tanto porque odiaba ir de compras como porque no podía imaginar que ella se metiera en problemas en el pequeño pero bullicioso pueblo en tan poco tiempo, además de estar cansado de tanto ajetreo en las noches. Aun los cazadores lo buscaban pero estos no lo han encontrado en estos días... será que se están cansando ya?

Como sea, escogió un libro al azar y se acomodó en el sofá para leer. Todas las ventanas estaban abiertas tanto como podían, dejando entrar la luz y la brisa que pudieran. Sonic comenzó a leer, pero no pasó mucho tiempo antes de que sus ojos comenzaran a caer. Por más que intentara mantenerse despierto, sus ojos cansados ​​no lo tendrían. Finalmente se cerraron, y el libro abierto encontró un lugar de descanso en su pecho mientras sus manos caían de sus bordes.

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Era alrededor de la mañana. Amy había ido a la ciudad para hacer algunas compras mientras Sonic se había quedado en la cabaña. Ella lo invitó a venir, pero él no quería acompañarlo. A Amy no le importaba tanto; si Sonic no quería seguirlo, entonces eso estaba bien con ella. Era solo un viaje de compras, por lo que no había una gran necesidad de obligar al erizo azul a ir, ya que no tenía mucho que ver con él. De todos modos, fue otro día ocupado dentro del corazón del pueblo, y la gente estaba constantemente bulliciosa y moviéndose como siempre. Amy se encontraba actualmente dentro de una de las muchas tiendas que se alinean en la calle, hojeando el lugar con su canasta tejida colgando de su brazo. Las cosas habían estado bastante tranquilas, y Amy había estado completamente tranquila hasta que un sonido repentino sorprendió a todos en toda la tienda.

Un disparo

En el momento en que escuchó el zumbido de la bala, Amy se agachó rápidamente, aunque no se quedó así por mucho tiempo. El erizo rosado levantó la vista de inmediato, sus ojos de jade se abrieron por la sorpresa cuando un grupo de hombres enmascarados irrumpieron en la tienda con bolsas vacías y rifles en sus brazos.

"¡Nadie se mueva! ¡Todos levanten la mano ahora!" Uno de los hombres gritó mientras apuntaban con sus armas en varias direcciones.

Amy estaba absolutamente aterrorizada, pero hizo lo que le ordenaron, como todos los demás. Como para aterrorizar aún más a los demás, uno de los ladrones apuntó con su arma al empleado detrás del mostrador y le disparó en el pecho, haciendo que cayera al suelo casi al instante. Amy casi había gritado por la sorpresa y el miedo, pero se contuvo. Ella quería hacer algo, cualquier cosa, para ayudar al pobre hombre, pero ¿cómo podía hacer eso? Si ella intentaba hacer algo, los ladrones le dispararían. No quería arriesgarse a lastimarse, pero tampoco quería dejar al empleado allí acostado mientras los ladrones se llevaban todo en la tienda. ¿Qué iba a hacer ella?

La mente de Amy se había decidido rápidamente antes de que ella fuera completamente consciente de ello. Mientras el líder de los ladrones le daba la espalda, ella se precipitó hacia el empleado e intentó comunicarse con él. Lamentablemente, ella no era lo suficientemente rápida.