La Rosa Roja (Sonamy)

Capitulo 50

La creta :00 ya estamos en el 50
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Faltaban dos días para llegar al supuesto y deseado lago dorado, o eso es lo que suponía Sonic ya que si contamos la cargar de Amy la cuenta de los días sería errónea.

Pero por suerte los malestares de Amy se calmaban de apoco si no comía demasiado. Aunque es de saber que no es sano.

A mediados de la tarde, los tres erizos caminaban tranquilamente escuchando los pájaros cantar. Y era extraño, no haber visto a ninguna criatura que, por decirlo así, los quisiera atacar.
Los pájaros seguían cantando su melodía, cada vez más fuerte y hermosa. Amy estaba maravillada, por el tiempo que estaba en el bosque ningún pájaro o cualquier tipo de ave se acercaba a ellos, suponía que era por los dos werehog que tiene al lado, pero ahora que las aves incluso se mostraban le daba mucha felicidad.

Y uniéndose a su canto, empezó a hacer melodías aleatorias con su hermosa voz, esto no se lo esperaba Silver ni mucho menos Sonic.

"Amy.. sabes cantar?" Extrañado y a la vez fascinado Silver le pregunta. Amy colorada para su cantar y lo mira nerviosa.

"B-Bueno... mi madre me cantaba cuando era pequeña... supongo que si" tapándose un poco la cara con su capucha roja por la vergüenza.

Obviando lo tierna que se veía amy en el parecer de Sonic; siguieron su camino, o bueno estaban haciendo el suyo ya que en la mañana una ardilla traviesa tomó el mapa mal dibujado llevándoselo para luego destruirlo. De vez en cuando Silver empezaba la platica quien solo Amy le seguía y Sonic escuchaba. La mayoría de las veces eran estupideces que sobraban en la cabeza al erizo plateado, tales como del porque los unicornios tenían un cuerno y no dos.

"Siempre me pregunté, si los monstruos como yo existen, también existirían los fantasmas?" Levándose una mano hacia su mentón pensó "y no solo los fantasmas, los vampiros también! Eso sería genial!!!"

"Pueda que si existan, nadie sabe." Amy se rio por la emoción del erizo plateado "aunque me daría miedo"

"Tranquila Amy! Si viniera un fantasma, yo te protegería!" Con una mano en el pecho inflado dijo con orgullo hacia Amy. "E-eh no solo yo... tu perro rabioso también"

En el corto tiempo que tienen juntos Sonic y Silver se han hecho muy amigos. Son tan unidos que aveces se hacen bromas, ríen juntos, se pelean por la comida y juegan a su 'modo'.

"Claaaro Silver...." dejando de lado el comentario de su amigo levantando su cabeza para mirar el cielo diviso como las nubes cada vez oscurecían "pronto va a llover, debemos buscar un refugio rápido" y sin decir nada más el grupo trato de avanzar más rápido.

Por desgracia en pocos minutos las gotas de lluvia empezaron a caer para que sus hermanos siguieran su ejemplo y cayeran agresivamente hacia el suelo. Los erizos ahora empapados trataban de encontrar un lugar seco para pasar la tarde y la noche. Para la suerte del grupo encontraron una gran mansión de madera abandonada, aunque pareciera tétrica le valieron un comino y entraron tan rápido como pudieron. Al entrar vieron como todo el lugar se mantenía lleno de polvo, era de esperarse de un lugar abandonado. Adentrándose más al lugar se fijaron en los materiales, muebles y espejos cubiertos por una tela blanca polvorosa, cuadros con personas en mal estado, mesas con degradados muy finos y un gran candelabro con muchas telarañas.

Sonic no aguantó su curiosidad y empezó a inspeccionar sin separarse del grupo. Silver de igual manera hizo lo mismo que su compañero tirando de una de las telas blancas para luego asustarse de sí mismo reflejo.

Amy estaba impresionada, se preguntaba del porqué estaría una mansión a mitad de un bosque. Tomando una de las telas que estaba encima de lo que sería un mueble lo sacudió quitándole la mayoría de polvo esparciéndolo por el aire haciéndola estornudar.