Colder than the ice

Cap. 27 (Cap. 8 Temp. 2) «Alto. ¿Qué?»

The Ice Is Broken

Cap. 8

*Narra _____*
Sentada, frente a mi, está Elena. Tiene el cabello rizado y suelto. Está usando una chamarra y debajo una camiseta sin mangas, color rojo.

-¿E... Elena? -Le pregunto a Thomas.

Elena se levanta de la cama en la que estaba echada y camina hacia mi.

-No. Soy Katherine -comenta-. Y veo que no fuiste con Lexi.

Pongo los ojos en blanco.

-No, no lo hice, porque, si no lo notaste, mi Doppelgänger y un chico lindo me raptaron en mi propia casa.

Thomas suelta una risita confianzuda cuando lo menciono como "chico lindo".

-Veo que la pelea con Damon consiguió que lo cambiaras por Tommy -Dice relajada-. Sinceramente, yo ya sabía que te aburrirías de ese idiota.

Thomas se pega más a mi, y puedo sentir la tela de su pantalón rozando mi pierna.

-Alto ahí, Tommy -Dice Alice detrás de él-. No te acerques tanto. Recuerda que aún hay un Damon al asecho.

Katherine se muestra sorprendida y entusiasmada cuando Alice abre la boca.

Obedeciendo la orden dada por Alice, Thomas aleja su pierna de la mía, y deja que mi doppelgänger pase chocándonos el hombro.

Camina hacia Katherine y al acercarse lo suficiente, estira las manos y se inclina a abrazarla. Después se sienta junto a ella y empiezan a hablar y reír.

Thomas se aclara la garganta.

-Creo que deberíamos ir a un lugar menos escandaloso -Comenta al par de segundos.

Vuelvo la mirada hacia las chicas: se ríen y mueven mucho las manos. Hago una mueca.

-Sí, creo que tienes razón.

-Sígueme -me dice sonriendo.

Le hago caso y nos damos la vuelta hacia el pasillo.

Lo sigo hasta una habitación tres puertas a la izquierda. La puerta está gastada y la chapa no parece muy confiable. Incluso creo que se podría cerrar y encerrar a alguien.

Thomas abre la puerta y entro después de él. Nos sentemos en una cama junto a un mueble de madera mal tallada.

-No puedo creer que esto sea parte de mi casa -exclamo.

Thomas sonríe.

-Lo que conoces como "tú casa" es sólo la octava parte de esta mansión.

Frunzo en ceño.

-¿Cómo conoces más mi casa que yo? -Le pregunto, con tono de broma.

Se ríe un poco.

-No lo sé -responde con ironía-. ¿Tal vez porque llevo aquí tres años?

Abro los ojos como platos.

-¿Tres años? ¿Encerrado aquí? Que asco.

-Lo se. Y Alice no me deja salir de la parte fea de este asqueroso lugar. Lo mejor de aquí es el baño. Di un recorrido dos días antes de que llegaras a Mystic Falls, casi me topo con el tipo que vive contigo.

-¿Alaric? Un momento... ¿Tu y Alice son quienes limpian?

Thomas hace un gesto de desconcierto.

-¿Limpiar? Ja, ¿ya viste este lugar? Alice hipnotizó a una señora para que ayudara a limpiar la "parte de oro" antes de que llegaras. Ella enserio te quiere aquí.

-¿Parte de oro?

-La parte lujosa de esta mansión -Responde, junto con una mueca-. Donde tú y Alaric... se llama así, ¿verdad? -Asiento con la cabeza, no quiero interrumpirlo-. Bueno, en dónde tú y él viven.

Reflexiono sus palabras hasta que una frase me llama la atención.

-¿Tú sabías que vendría a Mystic Falls? -Espero a que responda, pero al pasar los minutos, sé la obvia respuesta-. Claro que lo sabías. Por eso limpiaron. Por eso estoy... aquí.

Me empiezo a asustar. Más bien a molestar. ¿Qué clase de psicópatas son? ¿Esperarme en mi propia casa hasta que esté sola y raptarme?

Un ruido me saca de mis pensamientos.

Alguien rompe la cerradura y entra de una patada a la habitación. Antes de que identifique el rostro, Thomas recibe un golpe en la cara. Una estaca se estampa contra su mejilla, no clavándose, si no golpeándolo. Aún así, la sangre salpica la sábana.

Damon se materializa contra la luz. Está feliz de verme, pero yo no de verlo a él. Rompe la estaca -ensangrentada gracias a la mejilla de Thomas-, y se lleva la punta al pecho de Thomas.

Alto. ¿Qué?

Antes de poder gritar o advertirle, la estaca avanza rápidamente. Tres metros. Dos. Uno. Treinta centímetros. Veo lo que sigue: la muerte de mi nuevo amigo. Si es que se le puede decir así.

Sin pensarlo dos veces, me meto entre el palo y Thomas.

Justo a tiempo para ver cómo la estaca de Damon se clava en la parte superior de mi estómago, a pocos centímetros de mi corazón.