I hope your smile ; yulyen

⁰ ⁰ ⁸

Yuri se despertó al notar que algo le faltaba es sus brazos y cintura, decidió bajar algo molesta porque la mayor no le había dicho nada.

Iba bajando por las escaleras cuando notó un olor dulce entrando por su nariz.

–Unnie... –dijo Yuri aún bostezando, siempre le costaba mucho llegar a despertarse.

–Buenos días peque –dijo con la mayor con una hermosa sonrisa en la cara–, estoy haciendo...

–Tortitas, sí, lo noté. Huelen muy bien –dijo alegremente mientras se sentaba en la silla esperando a que Yena terminara.

–¿Qué te gustaría para acompañarlas? Tengo... –decía mientras miraba en la despensa –sirope de fresa, chocolate...

–¡Chocolatee! –dijo emocionada la menor, le encantaba el chocolate.

–De acuerdo –reía Yena por la respuesta de la más pequeña–¡Que aproveche!

–¡Sí! –dijeron para empezar a comer.

-♡-

Yuri abandonó la casa de la mayor, ya que la mayor, había hecho planes con su mejor amigo.

Decidió llamar a Yujin para poder hablar con ella las cosas de Yena, así que se dirigió a su casa después de comer.

–¿Si? –sonaba desde el timbre, se suponía que era Yujin.

–¿Yujin? Soy yo Yuri –al haber dicho su nombre la puerta se abrió.

–Yuri bebé –dijo la más alta abrazandola– ¿Como estas? ¿Todo bien?

–Si Yujin, y aún que sea más bajita que tú no tienes derecho a llamarme bebé, soy mayor que tú, así que respetame.

–De acuerdo unnie bebé –dijo Yujin riéndose.

–Yujin~ –se quejaba la mayor.

–Esta bien, esta bien –reía la más alta–. Siéntate porfavor –con el dedo índice señalaba el sillón.

–¿Vives con tus padres? Porque es realmente grande la casa... –Yuri miraba perpleja aquel ático bastante grande para solo una persona.

–No, vivo con...

–¿Yuri?

Wonyoung aparecía por la puerta que llevaba donde estaban las dos.

–¿¡Wonyoung!? –Yuri estaba alucinando.

–Oh Dios mío, pero si es mi amiga Yuri –Wonyoung corría a abrazar a la más mayor.

–Si... –decía no muy emocionada dándole golpecitos a la espalda de la más alta.

–¿Que haces aquí? –preguntaba curiosa Wonyoung.

–Solo íbamos a hablar –contestaba Yujin de malas maneras cogiendo el brazo de la más baja–. Vamos a mi habitación Yuri...

–Oh esta bien, ¡adios unnies! –decía la más alta mientras veía que aquel par desaparecía por el pasillo.

–No pensaba que...