𝓙𝓾𝓻𝓸 𝓢𝓸𝓵𝓮𝓶𝓷𝓮𝓶𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓲𝓼 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓷𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 𝓷𝓸 𝓼𝓸𝓷 𝓫𝓾𝓮𝓷𝓪𝓼
𝐁𝐈𝐄𝐍𝐕𝐄𝐍𝐈𝐃@ 𝐀𝐌𝐈𝐆@ 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑𝐇𝐄𝐀D
Una pregunta:
¿Alguna ves has querido que tú shipp favorito se haga realidad?
O que TÚ o TU OC est...
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—¿Seguroque preparaste bien la mandragora?—preguntó la Ojiverde mientras se amarraba el pelo y se sentaba en frente del caldero esperando a los chicos.
Hacia mucho tiempo habían tomado la decisión, y todo, fue idea de ella. Al principio Remus se negó completamente, pero ante la súplica de los merodeadores, no se pudo negar.
Si es que decimos que suplica es que te amenacen con ir a la casa de los gritos en media luna llena sin la supervisión de un profesor.
—Claro que si preciosa. ¿Tú crees que yoloprepararía mal? ¿Acaso dudas de mi?
La chica solo lo miro con una ceja alzada y seria. Sirius se alejó y suspiró.
—Que mal piensas de mi.. Esta bien, está bien. Lo preparo Remus. ¿Pero que quieres que haga? Me va pésimo en Herbologia y lo sabes—. este se cruzo de brazos.
Los dos chicos se carcajearon ante la prenumbrosa seriedad. Sus personalidad tenían más similitudes que se tomaban hasta las pegadas a broma.
Podrían mirarse a los ojos durante horas sin sentirse incómodos. Entre ambos se hipnotizaban con la mirada y podrían solo hablarse a través de ellos. Blair cada vez que despertaba recordaba aquellos ojos y era en lo último que pensaba antes de caer dormida.
El corazón de ambos comenzó a latir mucho más fuerte.
«¿Que es esto?», pensaron ambos chicos mientras apartaban la mirada.
(...)
—Ala una, a las dos y a las tres.
Los merodeadores, al unísono, bebieron la poción. Blair apenas bebió la poción cerró los ojos. Sentía como su cuerpo bajaba y se ponía en cuatro patas y sus pies traseras la obligaban a sentarse. Al abrir sus ojos, vio a cuatro animales distintos. Un perro, un ciervo y una rata.
—Ahora lo único que tienen que hacer para volver a su forma humana es pensar claramente en su forma física. Piensen en cada detalle. Desde el lunar que tienen en su rodilla izquierda hasta la forma de su rostro.
De a poco todos volvieron a la normalidad, haciendo que cada uno soltara una estrepitosa carcajada, por el éxito en su plan.
—¡Eso fue fantástico! Y Blair, que ironía. Yo un perro y tu una liebre. Ten cuidado que te termino cazando.
La chica rodó los ojos por el gruñido que se asomó y salió de los labios de Sirius.
—Vayan a un cuarto por Merlín—, dijo James entre risas.
