𝓙𝓾𝓻𝓸 𝓢𝓸𝓵𝓮𝓶𝓷𝓮𝓶𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓲𝓼 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓷𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 𝓷𝓸 𝓼𝓸𝓷 𝓫𝓾𝓮𝓷𝓪𝓼
𝐁𝐈𝐄𝐍𝐕𝐄𝐍𝐈𝐃@ 𝐀𝐌𝐈𝐆@ 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑𝐇𝐄𝐀D
Una pregunta:
¿Alguna ves has querido que tú shipp favorito se haga realidad?
O que TÚ o TU OC est...
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Aquella noche Liria no podía dejar de tener pesadillas. Cada dos horas se levantaba sobresaltada y llena de sudor, por lo que tenía que acudir a la rutina de siempre. Despertar, rezar un poco, darse una ducha y volver a la cama.
Hubo un punto ya de la madrugada que estaba tan cansada que la mente de ella no la dejaba despertar y solo sacaba gritos y quejas de sus sueños.
En esos momentos lo que menos necesitaba es que estuviera durmiendo en su cuarto de prefecta, obligada por su mejor amiga que quería pasar una noche romántica (y lujuriosa) con su querido novio.
En el apartamento de los chicos, Harry también estaba teniendo pesadillas, no tan fuertes como la de cierta chica de pelo azul, pero igual de sentimentales.
Todas las chicas de Gryffindor se despertaron por los gritos desgarradores de su prefecta y fueron corriendo a su habitación. Hermione, atravesó el tumulto de gente que se había formado afuera de la habitación de Liria.
Harry se despertó de golpe. Los gritos que se oían desde la sala de las chicas eran tremendos, por lo que sin dudarlo ni por un instante, bajo con su capa de invisibilidad a la sala común. Intento subir las escaleras, pero cuando iba por la mitad estas se convirtieron en un tobogán, dejando a Harry en la entrada del lugar.
Nadie notó el quejido de dolor del cuatro ojos.
— Moras del Bosque— recitó Herms, apuntando con la varita, al cerrojo de la puerta, haciendo que esta se abriera.
Fue corriendo hacia su mejor amiga y vio horrorizada cómo está no dejaba de llorar y de moverse en la cama.
- ¡Liria, LIRIA DESPIERTA POR FAVOR!— dijo mientras la movía de lado a lado, desesperada.
La oji verde se levantó dando una gran bocanada de aire, como si alguien la estuviese ahogando en sus sueños.
— Otra ves Herms, los sueños premonitorios, vi, a varias personas reunidas en una sala, luchando con Mortífagos.
Hermione sólo tuvo que dar una mirada seria a todas sus compañeras para que salieran de la habitación
Cuando la habitación quedó vacía, ambas chicas retomaron la conversación.
— Mañana iremos con Trelawney. McGonagall no debe tardar en venir. Pero entiendo si no quieres hablar con ella ahora.
Asintió, ya un poco más calmada.
— Dile que estoy bien, mañana hablaré con ella.
La castaña asintió, mientras le mostraba una sonrisa en forma de apoyo.
— Yo iré a avisarle a McGonagall lo sucedido y que mañana hablaras con ella. Te veo más tarde- dicho esto, salió perdiendo de vista a Liria.
Nuestra Liria suspiró y se levantó. Bajó a paso lento a la sala común encontrándose a un Harry preocupado sentado en un sillón.
Apenas ambos se vieron a los ojos, no dudaron en ir a abrazar al otro.
— ¿Estas bien? ¿Que pasó?
— Pesadillas. Ya sabes. Lo de siempre— anunció, medió avergonzada. Muchas personas le reprochaban a veces que no podían dormir por sus quejidos, por lo que pusieron su cuarto de prefecta lo más lejos que pudieron. Aún así, esto no pudo evitar que se oyeran aún sus lamentos.
Harry asintió e hizo leves caricias en la cabeza de la chica.
— Deberías ir con Madame Pomfrey. Ya sabes, a buscar una poción para dormir sin soñar.
— Sería genial usarla, pero ya llevo mucho tiempo con ella y me prohibió usarla. Dice que me puedo volver adicta e inmune a ella. O al menos no como antes- dicho esto. La chica suelta un largo suspiro y se separa de Harry.
Ambos estaban muy cerca el uno del otro y no dejaban de mirarse a los ojos. El azabache acarició levemente la mejilla de Liria y esta se acercó levemente a su mejor amigo.
Quitaron la tensión del ambiente con un cálido beso que hizo enternecer cada vello de ambos. Sus corazones palpitaban a mil y sentían como si fuegos artificiales inundaban sus cuerpos.
No podían sentirse más felices.
— Yo... estoy enamorada de ti Harry. Desde hace años. No sabía como decírtelo— miró sus zapatos, por la situación pasada. Su primera fantasía se estaba haciendo realidad y no podía creer que el chico del que tanto estaba enamorada, la hubiera besado.
— Es gracioso, ¿sabes? Concuerdo contigo—expresó Harry, mientras acercaba su otra mano a la otra mejilla de la chica. Este le beso la frente y después las junto—. Te amo Liria. Yo también quería decírtelo.
Se oyó como alguien caía de las escaleras de los dormitorios hasta la sala común y vieron perplejos a cierto pelirrojo que intentó ver la escena con la capa invisible.
