¡Hey, Amadeus! ¿Que haces por aquí?
Desperdiciando tu talento
Y suspirando hasta el fin.~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Sentí las manos de un Ángel rozar mi labios, sentir mi cuerpo, alterar ferozmente mi temperatura corporal junto a mis latidos. Aquel angel acercaba sus labios a los míos, tan solo unos centímetros, no, unos escasos milímetros y... El suelo. Mierda, tan solo era un sueño. Jodida realidad.
-Esta mierda solo me pasa a mi.. -Me levante del suelo para darme cuenta de la erección que tengo a causa del sueño húmedo. -Voy de mal en peor, mi madre se reiría si me viera en esta puta situación. -
Tire mi ropaje al suelo para ir desnudo hacia el baño y luego a la ducha. No soy muy fan de las duchas frías pero para calmar a la bestia hace falta eso. Salí y tome la toalla más cercana que se encontraba; una verde Lima que estaba húmeda. Mientras me iba secando el cuerpo elegía visualmente mi ropa; unos jeans negros con un polerón verde oscuro, unas Vans burdeo y calcetines negros. Listo. Me vestí y me dirigí a la cocina.
-¡Cherry! ¡Ven para aquí michi michi! -Le grite a mi minino mientras agitaba su plato con concentrado, de inmediato apareció agitando su cola esponjosa. -Buena chica... -
Sonreí y proseguirá para ver que comería yo. Mierda. No he hecho la compra mensual. Suspire y busque mi mochila que contenía mis cuadernos y mi computador, mejor voy de inmediato a la Universidad en vez de estar perdiendo el tiempo peleando con mi mismo. Le di unos cuantos mimos a Cherry y proseguí a buscar mi teléfono, llaves, billetera y pase Escolar. Con todo listo simplemente pase por el umbral de mi puerta y me largue de allí.
Baje de mi apartamento para salir a la calle y sentir un aire helado chocar con mi rostro, mi nariz tomó un color rojizo inmediatamente, ¿desde cuando hace tanto frío? No iba a volver a subir para buscar una Caquetá o algo así que solo camine hacia la parada de la micro. Estaba a dos cuadras de distancia en las cuales me moje un calcetín, me di cuenta que me había olvidado los audífonos y que mi celular iba casi descargado. Vaya día de mierda. Llegue a la parada y me senté en la banca media rota que había.
Pasan unos cuantos minutos y nada. Nada ni nadie pasaba hasta que apareció alguien, un chico, ¿o era una chica?, no lo se, pero era... Wow... Tenía un cabello hecho de hebras de oro, unos ojos como esmeraldas y una piel tan blanca como el invierno puro. Sorprendería a cualquiera; hetero, gay... O bi.
Me quedé embobado viéndole, el pensamiento de que tenía que hablarle apareció. Iba a dirigirle la palabra cuando mi que micro se acercaba y parecía no interesarle por lo que intuí que no era el suyo, maldita sea. Saque mi dinero y pase estudiantil, indique al conductor que iba a subir así que el bus se detuvo, me subí, pague y proseguí a darle la última mirada a aquella persona tan interesante.
Amadeus; amor a Dios, pero para mi era alguien amado por Dios. El o ella lo era. Tenía el aspecto de un Ángel, del más bello Ángel que podría existir, igual al Ángel que apareció en mis más inquietantes y seductores sueños.
Pensé en él o ella desde la parada de autobús hasta la Universidad, lleno completamente mis pensamientos, tanto que ese día no pude prestar atención ni un poco a las clases y debido a ello mi grupo de amigos se reía de mi.
Tal vez tenga a alguien con quien fantasear esta noche y sacar todo mi "estrés" por fin, aunque sería manchar su imagen pura. Dejare la decisión en manos del destino.
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¡Hey, Amadeus!
Teen FictionCuando le ví por primera vez su aspecto me enamoró. Era un Ángel. Un ser amado por Dios. Simplemente era Amadeus. Mi dulce Amadeus.