Amadeus

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Usame Amadeus, usame porfavor
Pon un paño sobre mis ojos
Y castiga a este pecador

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Llevo dos días sin dormir, porque cada vez que mis ojos se cierran aparece su figura de una forma lujuriosa, y eso no puede ser, él es un ángel y mi cabeza lo deja en la misma posición de un incubo. Tan solo en imaginar que sus suaves manos recorren mi espalda logran que mis latidos aumenten.

Me levante de la cama con desgano, siempre dormía siquiera una hora pero ni siquiera eso he hecho. Rellene el plato de Cherry antes de tomar una toalla y adentrarme al baño, coloque el reproductor aleatorio para comenzar a desvestirme quedándome tan solo en bóxer cuando la canción comenzo; "Hallelujah" cantada por el grupo de Pentatonix, solté un pequeño suspiro. Amaba esta canción, me hacía recordar cuando bailaba ballet, cuando necesitaba inspiración la escuchaba por el hecho de que tan solo escuchar las voces recitando aquella melodiosa letra me hacía actuar, bailar, con la esperanza de que el Señor me viera y se alegrará. El amor es poderoso, o eso me han enseñado.

Comencé a fluir junto a la melodia, hace años que no intentaba bailar, mis movimientos de volvieron algo torpes y descuidados. Subir y bajar, pequeños saltos, movimientos de brazos, pequeñas risas escapando de mi boca.

-Hallelujah... Hallelujah.. -Repetí el coro junto a la canción.

Mis latidos aumentaban al igual que mi calor corporal ante los repentinos movimientos. Aún recordaba algunos movimientos de aquella danza tan especial en mi vida, la que me destruía para luego volver a juntar cada pedazo de mi formando un círculo vicioso de dolor placentero. Jamás me cuestione la existencia de Dios, me siento cómodo al creer que hay un alguien o algo que nos observa, que me da soluciones, que nos juzga. Una palabra puede ser todo y nada, tan solo depende del porqué y a quien la dices, tan solo cuatro sílabas que me hacen temblar. Definitivamente está canción va con él, pecaria por tan solo sentirte encima mio, que me sacaras tan solo un Hallelujah, por ti recibiría tan cruel castigado que se diera. Reí ante mis tonterías, dejé de bailar para entrar a la ducha y dejar el agua caliente correr, el día de hoy pintaba diferente.

Salí en unos minutos para vestirme con un pantalón negro, una polera negra pegada sobre ella una camisa roja burdeo abierta , calcetines del mismo tono de la camisa y unas zapatillas completamente negras. Aquella canción cambió mi sentir, ¿por qué no cambiar mi día también?, decidí colocarme mis piercing; los del labio inferior a cada extremo, el industrial y el septum, hace bastante tiempo que no me los colocaba, llegué a pensar que habían cerrado. Lo pensé seriamente y llegué a que si lo haría, un pequeño delineado no le hace daño a nadie.

Tome mi bolso donde acababa de guardar mi teléfono, billetera y audífonos. Acaricie a Cherry y salí, me encontré con mi vecina en el ascensor, ambos nos sonreímos. Al llegar al primer piso salí con calma ya que iba con un buen tiempo de adelanto, me coloque mis audífonos para volver a reproducir "Hallelujah" con todas las versiones posibles. Camine con calma mientras daba pequeños pasos de danza, tal vez vuelva a practicar o siquiera iré a ver a mi antigua maestra.

Sin darme cuenta tarareaba la canción, las gente debe pensar que estoy loco por ir dando saltitos y soltando melodías. Llegue al paradero y me propuse a esperar con la ligera esperanza de que se cruzará la presencia de Amadeus en estos momentos. Espere unos 15 minutos mientras pequeñas ideas volaban en mi mente provocadas principalmente por el canción de la canción; "IDFC" de Blackbear en una versión acústica por decirlo así, no me importaría escuchar de sus labios aquel par de palabras porque si incluso son mentira estarían dirigidas a mi, tan solo para mí. Solté una pequeña risa por lo tonto que soy, ¿por qué alguien que apenas conozco y he visto me diría aquello? De verdad soy un iluso que los libros han cegado su raciocinio.

Saque el teléfono para volver a reproducir Hallelujah, una vez más no daña a nadie. En el momento en que lo guarde algo me hizo mirar hacia mi derecha, ahí estaba él, brillaba más que él primer día que le vi. Con tan solo su caminar sentía los cánticos de los ángeles a su al rededor y junto a ello una tenue luz iluminaba su imagen, o tal vez solo era mi imaginación. Se paro algo apartado del paradero sin notar mi presencia.

Le miraba de vez en cuando hasta que mi locomoción de asomo a tan solo unas cuadras, suspiré preparándome para ver su imagen por última vez. La micro ya estaba quieta frente a mi así que tuve que subir, enseñe el pase pague lo que corresponde y me senté. Mire hacia afuera para verlo sin que se de cuenta pero para mi sorpresa ya estaba mirando, me estaba mirando ¡A mi! Me sonrió y me saludo con la mano, según lo que vi se rio, seguro que es porque me sonroje ¡Pero quien no lo haría! Le seguí observando hasta que desapareció en el horizonte.

De verdad, pecaria para que me vuelva a dedicar una sonrisa.

¡Hey, Amadeus!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora