Nuevamente ha pasado un largo tiempo desde que tuve el placer de observar su hermosa cabellera. Estos días he estado muy nervioso a causa de él, ¿que tal si esos matones volvieron? que tal si el blanco de su piel cambio a un morado que solo provoca dolor al sentir el tacto... ¿Y si sus jades ya no brillan como lo hacen?... ¿Y si su presencia solo desaparece sin dejar rastro? Y si...
-Si le sigues dando vueltas al asunto solo hará que tu cabeza duela, cálmate.-
Asentí. Ella tenia razón mientras mas proyecte la situación en mi cabeza solo haré que los escenarios imaginarios que tengo vayan de mal en peor.
-Las cosas estarán bien para ti y tu amor no correspondido.-
Volví a asentir. Debo creer en que Amadeus estará bien, se que lo estará, pero... pero y si... Antes de poder seguir atormentándome sentí un golpe en mi cabeza.
-Te estoy diciendo que no sigas pensando en eso.-
-¿Como sabias que yo...?-
-Cuando te asusta una situación tu mirada se opaca y frunces los labios.-
-Es solo que...-
-Te preocupa, pero tienes que confiar en que todo ira bien, por el momento solo preocúpate de prestarle atención al profesor Orlando porque muy bien no te va con él.-
Amadeus si de casualidad lees mi mente en este momento solo quiero que sepas que quiero verte mañana, por favor.
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¡Hey, Amadeus!
Roman pour AdolescentsCuando le ví por primera vez su aspecto me enamoró. Era un Ángel. Un ser amado por Dios. Simplemente era Amadeus. Mi dulce Amadeus.