Ay, Amadeus... Te gusta sufrir
Que te corten las alas
Y te castiguen por vivir~•~•~•
A pasado un tiempo en que no he visto a Amadeus, eso me preocupa, las últimas 2 veces que le vi estaba golpeado en cada parte visible de su cuerpo. Me sigo preguntando que clases de bestias golpean a tan hermoso ser.
Pare de cuestionarme aquellas cosas en las que no debería estar involucrado debido a que tengo que ir a la cárcel para jóvenes. Me puse de pie fácilmente de mi cama ya que por primera vez dormí más de 5 horas. Me dirigí al baño para sacarme el bóxer y entrar a la ducha, girar la perilla del agua fría porque es lo único que tiene este apartamento barato. Pasado unos 5 minutos salgo y me seco, amarro la toalla en mi cintura y salgo del cuarto de baño para entrar en mi habitación. Camine hacia mi closet y saqué una de las cuantas prendas que tenía limpia; una pantalón negro, una polera blanca y un poleron con diseño militar, y por supuesto mis calcetines verdes con estrellas negras. Perdón señoritas y señoritos de las obras literarias que hay por Internet, mi "oufit casual" es demasiado casual.
Me estire un poco, tomé mi bolso y mi celular, acaricie a Cherry mientras le daba comida para luego salir y hacer mi rutina diaria; caminar, escuchar música y esperar a que Amadeus por fin aparezca.
Camine un tanto y pare al escuchar unos ruidos provenientes de un callejón, me acerque a ver que pasaba porque había una posibilidad de que sea un gato, así fue como encontré a Cherry, pero para mi sorpresa eran dos tipos golpeando a.. ¡Amadeus!
Me acerque rápido a uno, toque su hombro y este al girarse le di un golpe en plena cara. Me dolió más de lo que esperaba mi nudillo. El tipo cayo al suelo y el otro se me lanzó, y como no soy un experto en peleas su puño se estampo en mi nariz haciéndola sangrar.
Golpe tras golpe recibí, aunque también los di, hasta que los tipos se cansaron al parecer y decidieron marcharse.
-No te olvides del pago, puta. A la próxima el que recibirá esa cantidad de golpes serás tú y no el estúpido de ese muchacho.- Soltó, el que al parecer era la figura de autoridad entre esos dos, para luego porfin largarse del callejón.
Amadeus se paro rápido y vino hacia mi, con un semblante de preocupación y unos ojos con una mirada apagada.
-¿¡Eres tonto o que!? ¡Pudieron dejarte inconsciente, o incluso matarte!- Me grito sin compasión alguna.
-¿... Lo siento...?- Susurre sin saber ni siquiera con que tono decirlo.
-Idiota.-
En la media hora que estuvimos en el cajellon el me ayudó a parar el sangrado de mi nariz y mis labios, claro, sin dirigirme la palabra ni su mirada. Al terminar tomó su mochila y se dispuso a salir del cajellon, y eso hacía hasta que paro un instante.
-Gracias... - Dijo y luego salió, no sin antes dedicarme una mirada que me hizo pensar que todo ese dolor que vendría habría válido la pena.
Luego de que su figura desapareció me pare y camine hacia la parada, al llegar él no estaba, pero lo que sí estuvo todo el día fue una boba sonrisa en mi cara.
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¡Hey, Amadeus!
Teen FictionCuando le ví por primera vez su aspecto me enamoró. Era un Ángel. Un ser amado por Dios. Simplemente era Amadeus. Mi dulce Amadeus.