Capítulo 18

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Yana sonrió al ver llegar a Peligro y a una temblorosa Betty.  Era obvio que el bulto que Peligro cargaba era Laonis, su cabello blanco se asomaba por entre las capas del tartán.

Peligro depositó a Laonis en el suelo sin ningún tipo de cuidado.

-Podrías ser más cuidadoso? -lo reprendió Ranald. -Es mercancía valiosa.

Peligro bufó con sarcasmo.

-Tu "Mercancía valiosa" ha llegado. Ahora, puedo comer? Estoy hambriento.

Ranald le indicó a donde ir por comida y después centró su atención en Laonis. La giró boca arriba y la levantó con cuidado.

-Para que la necesitas?-preguntó Betty con voz pausada.

-Había olvidado que estabas aquí. -se sorprendió Ranald. -No es asunto nuestro,  en realidad. Sólo nos pagaron para llevarla con él.

-Con quien?

-Pronto lo conocerás.  Ve a comer algo.

Betty dudó un momento pero al final se retiró. Aunque no pudo comer nada. No podía apartar la vista del cuerpo inconsciente de Laonis.

¿Cuánto tiempo tardarían en encontrarla?

Ranald puso a Laonis con cuidado sobre el lecho improvisado y la observó.  Era muy joven.  Sus facciones finas , su tez pálida y sus pestañas cristalinas le daban un aire mágico.  Como un hada.

Para que la querría John?

Al amanecer, Laonis gruñó de dolor. Sentía un dolor punzante en la cabeza y apenas podía abrir los ojos.

-Creí que la habías matado. -oyó una voz de mujer. -No creí que fuera a despertar.

Peligro gruñó en respuesta. Yana lo miró con molestia.

-Si la Matas o queda.. Ya sabes...mal de la cabeza, no habrá dinero.-lo reprendió.

-De igual manera la va a matar. Cuál es la diferencia?

-Que "el" quiere hacerlo.

Laonis se tensó. El dolor de cabeza se agudizó y lanzó otro gruñido de dolor.  Betty logró escucharla y la miró. Los ojos de Laonis de abrieron apenas y se volvieron a cerrar.

Al parecer, ni Yana ni Peligro se habían dado cuenta, al asegurarse que seguía viva, siguieron conversando entre ellas son prestarle atención pero Betty si la observaba con curiosidad.

Durante toda la noche se había dedicado a observarla.  Quizás un poco de remordimiento se comenzaba a almacenar en su corazón pero si daba marcha atrás,  dudaba que los Macdougall la perdonarán.  Ya no tenía nada que perder. Así que siguió el juego.

Ranald había partido al amanecer en busca de John. No había regresado aún y ya casi era medio día. Con el pasar de las horas el miedo de Laonis y la ansiedad de Betty crecían.

Laonis ya había despertado por completo y había preferido no abrir los ojos. Pero sus oídos se mantenían atentos a todo. Los hombres de Ranald hablaban del comprador pero no parecían conocerlo. Ella no sabía para que la querría aquel sujeto.  Sólo esperaba que Alexander la encontrara pronto.

El hambre pronto hizo eco en su estómago. Betty escuchó y se tensó. Laonis debía estar despierta como para tener hambre y seguramente ya la había visto. Cualquier atisbo de misericordia por parte de los Macdougall quedaba descartado para ella. Laonis la delataría y con justa razón.

Se levantó con cuidado y fue en busca de Yana.

-Te aviso que Laonis esta despierta.-le susurró .

La Reina de las nieves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora