El vestido de la novia.

IX

El sonido de las aves se mezclaba con el molesto sonido de su alarma que llevaba ya media hora sonando.

Sin embargo fue el fuerte portazo lo que logro despertarla.

—¡Por que hacen tanto ruido!.—Se quejo mientras giraba en la cama, el ruido combinado con la luz de la mañana le aumentaba el dolor de cabeza que sufría en ese momento.

—¡Marinette Dupain-Cheng, son las 11 de la mañana!.—Exclamo Chloe quien se encontraba frente a la enorme cama junto con Alya.

—Chica llevamos media hora llamando a la puerta.—Continuo Alya quien parecía ser un poco mas comprensible que la modelo.

La sangre se le fue a la punta de los pies, se incorporo casi inmediatamente olvidando por completo el fuerte dolor de cabeza.

—¡La boda!.—Soltó preocupada.

¿Como pudo ser tan tonta como para dejar que sus sentimientos le vencieran?, una mujer de 25 años comportándose de una manera tan infantil era inaceptable para el mundo profesional al que aspiraba entrar.

Busco y busco desesperada, sus amigas simplemente se miraron entre si mostrando la preocupación que sentían por su amiga.

Sabían que ese era un momento de suma tensión para ella, el coctel de emociones que experimento en tan solo horas era lo suficiente como para tumbar a la persona mas firme.

—Marinette.....el vestido...—

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La ceremonia estaba a punto de comenzar y la tensión podía sentirse a kilómetros de distancia.

Gracias a dios Marinette pudo arreglar el vestido y entregarlo a tiempo aun así decidió no quedarse a la ceremonia.

No quería ser testigo de como una parte de su corazon se amarraba por toda la eternidad a otra persona.

—Chica, se que esto te duele mucho, pero Adrien es nuestro amigo .—Dijo Alya intentando retener a la peliazul.

Cualquier persona creería que eso era un autentico acto de maldad por parte de su llamada "mejor amiga".

Pero la realidad era mas lejana, si bien el permanecer en aquel lugar y presenciar la ceremonia en silencio y con una falsa sonrisa mientras muere internamente era nocivo para su salud mental, aquello tambien le daría la oportunidad de enfrentar los hechos de frente y volverse una mujer fuerte.

Sepultar de una vez por todas ese estúpido sentimiento que ya debió de haber muerto años antes.

—Esta bien, me quedare.—Accedió finalmente con una ligera sonrisa.

La ceremonia dio inicio, la dulce y típica melodía interpretada en un exquisito piano dio el anuncio del ingreso de la estrella del día.

Lila caminaba lentamente por aquel camino de flores acompañada por el padre del novio, su sonrisa de satisfaccion era radiante pero no transmitía nada mas que disgusto a los que sabían la verdad tras esas máscaras de "felicidad".