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¿Se acuerdan del plan Chernóbil?
Era un plan desesperado del anterior atraco, consistía en colapsar Madrid con una lluvia de billetes para escapar entre el tumulto si todo iba mal, era un plan para generar caos y eso era exactamente lo que se necesitaba ahora.
Caos...
—Los dirigibles estarán programados para acudir a unas coordenadas GPS y solamente cuando lleguen a ellas, abrirán sus compuertas, después estarán volando en círculos en un radio de 250 metros, soltando fajos a intervalos de cuarenta segundos durante cincuenta minutos —explica el hombre con gafas acompañado de una sonrisa, siendo escuchado por cada uno de los que estaban ahí— eso a trescientos metros de altura, como si estuviera cayendo maná desde el cielo —chasquea su lengua y recuesta su cuerpo sobre la mesa— en total soltaremos 140 millones de euros.
—Sale un poco carete meternos en la boca del lobo, ¿no?— dice Denver después de resoplar y voltear su cuerpo para ver a sus compañeros.
—A ti...—le señala el Profesor— a todos nosotros nos han llamado Robin Hoods, tiene sentido que parte de todo ese botín acabe en la gente.
Y fue así como sucedió.
La multitud saltaba, se empujaba y se agachaba para recoger aquellos billetes que caían del cielo.
Y fue así como Boston se sienta enfrente de una cámara, cámara la cual proyecta su imagen en todas las pantallas que existían en Madrid.
Fue así como aquella plaza de Madrid, abarrotada por gente llena de felicidad se queda petrificada cuando ven en todas las pantallas a aquella persona con la máscara de Dalí.
Susurrando entre ellos y asombrados, guardan silencio.
—Este mensaje —suelta Boston viendo fijamente a aquella cámara— es para todos los que sienten esta máscara como signo de resistencia, los necesitamos, el estado nos ha declarado la guerra, una guerra sucia y hemos decidido plantar cara —se quita la capucha y la máscara dejando ver su rostro— la policía ha detenido a uno de los nuestros en un país extranjero, Aníbal Cortés, hace ya más de dos meses de esto, no se abierto un sumario judicial, no se ha solicitado su extradición, no se le ha facilitado un abogado —niega con rencor— lo tienen cautivo, en paradero desconocido y con toda probabilidad lo están torturando, así que exigimos que concluya inmediatamente esta detención ilegal y que sea sometido a la justicia con garantías de derecho, el estado ha iniciado esta guerra y no nos vamos a esconder, vamos a pelear, golpe por golpe y esta vez... vamos a robar a lo grande.
Y levantándose de aquella silla, cierra la solapa de la cámara, dando así por termina aquella grabación.
—Además lo que estamos haciendo es una partida de ajedrez —dice el hombre captando la atención de todos— estamos moviendo una fichas que, a su vez, obligan a inteligencia a mover otras fichas...
