❝ᴇʟ ᴛᴇsᴏʀᴏ ғʀᴀɴᴄés❞ ▪︎ [StrayKids; 스트레이 키즈]

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Este era el día en el que al fin podríamos comunicarles a todos y cada uno la noticia que tanto ansiabamos contar. Era una sorpresa.

Los habíamos invitado a todos. Woo Jin, Chan, Felix, Min Ho, Jeong In, Chang Bin e incluso Han quien venía de visita desde Noruega exclusivamente para esta ocasión. Era algo bastante sorprendente de él, no solía hablarse demasiado con nosotros y la distancia lo empeoraba, ya en fin, de todos modos me alegraba que viniese.

Habíamos preparado todo para esta noche, Hyun Jin y yo estallabamos de la emoción. ¿Será que alguien lo sospechaba? Seguro los Aussie lo hacían, tenían buena intuición para estas cosas.

Preparamos típica comida Coreana, que por cierto hace mucho no comía, y una botella de Soju que mi madre había traído desde Corea para nosotros y que nunca habíamos abierto por el simple hecho de que... ninguno de los dos tomaba si no era necesario.

El encuentro se realizaría a las 19:15 hs según lo que Hyun Jinie había dicho, él se había encargado de invitar a todos la semana pasada e incluso contactar a Han para que pudiera venir. No sé cómo lo hizo, pero lo logró, Han Ji Sung estaría aquí a las 21 hs.

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Estaba en mi sala terminando uno de los cuadros que me había llevado días encontrar algún hilo de inspiración del cual tirar para terminarlo. Me avisaron sobre una exposición dentro de los próximos 2 meses con entre 10 y 25 obras ¿Yo debía hacer todo eso? La respuesta es sí, yo debía.

Una de mis más grandes suertes fue el haber encontrado pinturas que había hecho años anteriores que con un par de arreglos no se verían tan mal dentro de esa galería. Era algo grande, al contárselo a Hyun Jin saltó de felicidad. Por eso lo amaba, compartía mis fracasos y aciertos con la misma emoción que yo, sabía como me afectaban cada una de las cosas que ocurrían a mi alrededor, de una manera diferente a como les afecta a los demás. Aún así me entendía.

Comprendía mis frustraciones a la hora de buscar inspiración, cuando me bloqueaba, cuando las ideas se iban de mi cabeza y solo quedaba esa pequeña planta seca que gira por el desierto que en ese momento era mi mente. Él era mi más grande inspiración, él me inspiraba a no frustrarme, a seguir adelante no importa cuán difícil sea el reto ni cuán empinada sea la montaña que debiera escalar. Siempre estaba allí, apoyándome incondicionalmente como nadie lo hacía.

Por eso varias veces había hecho cuadros con su rostro escondido entre los trazos. Incluso había quienes les decían "El Chico Misterioso" aunque no fuera un misterio en sí para mí.

Golpeó tres veces la puerta y entró con una bandeja estampada en flores con galletitas, scones y un té con el azúcar justa. Le sonreí y se sentó junto a mi a ver mi cuadro aún no terminado.

ㅡSigues sorprendiéndome como la primera vez que te vi hacerlos. Eres maravilloso.ㅡsonrió mientras me miraba.

ㅡTú también lo eres. Tú me inspiras a seguir ¿lo sabes verdad?

ㅡY tú a mi.

Lo amaba y creo que se notaba. Me hacía la persona más feliz del mundo haberlo conocido y llegar hasta este punto: Nos íbamos a casar.