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-¡Chicas ya vine!-

Ambas pegamos un brinco al oír la voz de Lauren y ver el rayo de luz que la puerta abierta introducía  a la habitación. Nos separamos tan rápido que no pude ni procesar la información del todo bien. ¿Lauren? ¿Ella que hacia aquí? ¿Eran ya las ocho de la noche?

-¿Por que esta tan obscuro?-pregunto y luego las luces me cegaron.

Parpadee repetidas veces, atolondrada y desconcertada.

-Estábamos viendo una película-explico Laura, quien de repente se encontraba muy lejos, a diferencia de como la había tenido antes. ¿Cuando se alejo tanto?.

-¿En serio? ¿Cual?-pregunto Lauren, tratando de ver el televisor y descifrar a que filme pertenecían esas escenas.

-Infectados-dijo Laura.

-__, yo no sabia que eras masoquista-bromeo Lauren y solo entonces, cuando oí mi nombre, aterrice-Esa película es aterradora-musito haciendo un mohin -¿por que la tentaste?.

-Por que no se italiano, ¿te parece una buena excusa?-musite, medio atontada. aun no sabia que había ocurrido y por que Lauren estaba allí siendo las siete con treinta.

Ella soltó una carcajada.

-Laure, amor, ¿por que llegaste temprano hoy?-pregunto Laura

-ah, hoy salí temprano- se encogió de hombros. beso los labios de su novia y me gire , de pronto mas aterrorizada por la escena que por el filme.

oí el chasquido de sus labios y quise taparme los oídos o subirle todo el volumen a la TV con tal de que me fuera imposible captar ese tipo de sonidos.

La fierecilla apareció de pronto, atenta, molesta y enfurruñada. Se movía inquieta dentro de mi estomago y me rogaba que me levantara del sofá y me largara.

Mire por la colilla del ojo y pude verlas juntas aun besándose. La fierecilla se removió y comenzó a rasguñar lastimosamente.

Ahora era un sentimiento casi palpable, podía sentirlo con claridad dentro de mi, alguna especie de punzada cerca del corazón que hacia los latidos pesados, moribundos. Esto no debía de hacerme daño... pero lo hacia.

Me levante del sofá y quite la película del televisor. Hice ruido cuando el control del DVD se me cayo de la mano al presionar su botón con fuerza excesiva. Pero al menos servio para que Laura y Lauren se dejan de pasar microbios y me miraran.

-Perdón-farfulle

-¿No vas a terminar de verla?-pregunto Lauren.

-No, recordé que tengo que arreglar mis cosas-dije, mientras ponía con movimientos torpes el DVd de nuevo en su lugar.

-Ay___, pero tu nunca arreglas tu habitación-me acuso

-No me refiero a eso Lauren-la mire- lo que quiero decir es que mañana saldré con Castiel y me llevare la cámara-no sabia de donde había salido la mentira, porque eso era, una mentira; Castiel y yo no teníamos planes de nada -Y por cierto, yo si arreglo mi habitación, aunque no muy seguido.

Lauren ignoro mi ultimo comentario.

-¿Saldrás con Castiel de nuevo?. vaya ¿cuantas veces ya son?-se emociono y comenzó a especular.

-No las cuento, Lauren-dije y me reí

-¿Y a donde irán?¿ de nuevo a tomas café?

Mire el rostro de Laura, aun lado del de su novia conjeturare y pude ver en ella ese tipo de gesto que le producía cada vez que hablaba de Castiel. Aquello me alentó a seguir con la mentira.

-No, a la plaza San Marcos-dije- Asi que si me disculpas, tengo que ir a ver que me pongo-sonreí, pero de esa manera en la que sonríen las brujas malvadas de las películas.

-¿no vas a cenar?-inquirió Lauren.

-No, no tengo hambre; pero si acaso me da, creo que tengo una barra de granola en mi escritorio-me encogí de hombros.

-Esta bien

-Hasta mañana. Laura-dije, cordialmente y le sonreí. De veras que me sentía mala y a la fierecilla le gustaba eso.

-Hasta mañana __-musito, seria y sin sonrisa.

Me di media vuelta y me dirigí a mi habitación. Había calmado a la fierecilla e incluso le había dado una dosis de satisfacción, pero ahora tenia otro problema. ¿de donde demonios había salido mi mentira? No me quedaba mas que solo cruzar los dedos para que Castiel pudiera ser mi cómplice y aceptara la invitación que le iba hacer.

Marque rápidamente el numero de Castiel y me aparte de la puerta para que no pudieran oírme. Timbro un par de veces y a la tercera su voz de ángel contesto del otro lado de la bocina.

¿__?- me dijo, sorprendido por mi repentina llamada. él siempre era el que me llamaba a mi.

-hola Castiel, ¿como estas?-

-bien, ¿por que hablas tan bajito?- me pregunto, cambiando su todo de voz al mio.

-Por que no quiero que me oigan

-¿quien'- -Mañana te explico, ¿si? Solo quería preguntarte si querías salir a pasear conmigo a la plaza- arrugue el suéter negro que llevaba puesto, nerviosa

-¡Por supuesto! ¿mañana?- suspire de alivio

-si, gracias.

-no,gracias a ti por invitarme- dijo 

-entonces, hasta mañana, buenas noches y gracias-musite 

-hasta mañana

trunque la llamada e hice una exclamación de victoria. sabia que podía contar con Castiel cuando fuera.

Me senté sobre la cama y me incline para abrir el cajón inferior de mi buro. rebusque entre papeles y debajo de todos encontré lo que había guardado como un tesoro a capa y espada hasta hoy. Levante las 10 fotos y mire cada una hasta encontrar alguna que dibujara el rostro mejor.

Cuando lo hice, la tome entre mis manos y estudie el bello resplandor que por si solo reflejaba el rostro de Laura. Sentí en mi estomago como is un montón de burbujas se inflaran y fueran flotando en el espacio libre. ¿por que ella me provocaba todo esto? ahora empezaba a tener un miedo racional y tangible. Laura no debería de provocarme ese tipo de sensaciones, porque yo sabia lo que significaban. Recordé lo que había ocurrido hace rato, y no puede ni imaginarme lo que hubiera pasado si Lauren no hubiese llegado. Su rostro estaba demasiado cerca. Demasiado. Sentí como las burbujas se inflaron mas y revolotearon por todo mi estomago. Sacudí la cabeza, queriendo deshacerme del recuerdo y por consecuente de la reacción.

guarde de nuevo todas las fotografías en mi cajón, debajo de todo el montón de papeles, en donde deberían de estar. Me arrope para dormir y escrute el techo en total obscuridad; luche contra los pensamientos que en ese momento estaba teniendo, a mi  no me podía gustar la novia de mi mejor amiga, no debía.




El Manual de lo Prohibido. (Laura Pergolizzi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora