6.

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El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me perlo la mayor parte de la cara de un sudor frió y que me obligo a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me pare. El horrible accidente de mis padres habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños. Mire el reloj, aun con los nervios de punta. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspire y me levante de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me di una rápida ducha y luego me cambie.

Salí a la cocina, Lauren aun no se despertaba, así que me dio tiempo de prepararle el desayuno. Cocine un por de  huevos fritos y unas salchichas con un pedazo de tocino, luego prepare un jugo de naranja. Lauren vivirá en Venecia pero sigue siendo americana.

-Mmm! ¿Que es eso que huele delicioso?- salio de su habitación directo hacia la cocina y luego me sonrió.

-Quise prepararte el desayuno- le puse el plato en el pretil. 

-Aww- exclamo- Es maravilloso tenerte aqui.

Ambas reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que había salido del sarten.

-¿Que planes tienes para hoy?- me pregunto.

-Creí que tu ibas a hacer mi agenda de este día- dije, confundida. La grande sonrisa de la que ella era duela se expandió por su rostro.

-Solo quise asegurarme de que no lo hayas olvidado- rió de nuevo- Te llevare por ls mejores tiendas de ropa que jamas hayas visto- la emoción salto a sus ojos.

-Genial-

Ropa. No era una adicra de la moda o algo por el estilo, por lo tanto nunca me emocionaba tanto ir de tienda en tienda hasta encontrar el atuendo perfecto; pero Lauren siempre le había gustado y tenia un excelente gusto en la ropa. Cada vez que íbamos a alguna tienda, era ella la que terminaba con mas de cinco bolsas en la mano.

Hacia frió, un félido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos por sus calles.

-¿Como paso lo de David? Eso jamas lo supe- me dijo y le mire extrañada- Quiero decir, que nunca supe como lo olvidaste.

-Oh, bueno, simplemente decidí superarlo y ya- me encogí de hombros y me quede mirando a través de la vitrina un hermoso saco café.

El reflejo de Lauren se dibujo a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mi como una ola del mar.

-Dime. Lauren ¿como cociste a Laura?- mustie sin mirar el rostro de ella y fingiedo que observaba detenidamente el bello saco del aparador, nerviosa.

Algo definitivamente raro.

-En un café, un día lluvioso- suspiro como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente  y se perdiera en el, entonces la mire- Se acerco y hablamos un poco. ¡Ella es tan graciosa!- suspiro-.Me contó que era de Arizona, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho que fue lo  que paso...- se perdió pero luego volvió a retomar el curso animoso- Luego de reírnos un rato, me pidió mi numero de teléfono y en la noche del mismo día me llamo- sonrió- Solo quería desearme buenas noches-suspiro, teatralmente.

-Suena... como un cuento- sonreí.

-Me siento como en uno- sonrió también- ¡Dios! ¡Estoy tan feliz!- me abrazo, completamente llena de emoción; cosa que siempre hacia cuando estaba así.

-¿Cuantos años tiene?- pregunte, retirándome de su abrazo.

-29

-No hay mucha diferencia tu tienes 26- dije, aliviada.

-¿sabes que nos dicen?- inquirió, animada.

-¿que?

-Que somo la pareja perfecta. Que los dos estamos hechos a la medida. Que nacimos para estar juntos- suspiro.

Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mi, se removía incomodo y desesperado. Como una pequeña fierecilla enjaulada en lo mas oscuro de una habitación, muy lejos de la salida; pero sin embargo, deseosa de salir.

-Me alegro mucho por ti.

-¡Ya se! Podríamos salir todos alguna vez, asi te presento-comento 

-¿todos?...-

El Manual de lo Prohibido. (Laura Pergolizzi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora