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Lauren y Lura se separaron y su bocas volvieron a ser dos.

Algo dentro tironeo mi corazón

-Perdon- dijo Castiel, ya que to me había quedado sin voz.

-Oh, no te preocupes, Castiel- se levanto Lauren del sofá y se acerco -¿ya te vas?- pregunto, medio consternada.

-si- dijo el 

Me empujo discretamente por la cintura, mientras que yo me esforzaba por borra mi rostro afligido. Medio reaccione. Seguí a Castiel hasta la puerta y el noto mi reacción.

-Nos vemos luego chicos- dijo Castiel y dijo adiós con la mano a Laura y Lauren. Entonces se acerco a mi y me planto un beso tierno cerca, muy cerca de los labios, rozando solo la orilla y antes de que despegara demaciado de mi rostro me guiño el ojo.

Me quede parada allí, analizando lo que Castiel acababa de hacer, o mejor dicho, el porque lo había hecho.

-Adios-Musite por fin y luego cerré la puerta tras ver la sonrisa de Castiel.

Me gire y los ojos inquisidores de Lauren me acusaron mientras que los de Laura me miraban como si estuviesen furiosos. Pero eso era imposible, ¿no? No puede enojarse tanto por una estúpida rosa. Porque... esa era la razón, ¿no?. 

Se limito a intimidarme y cuando lo noto dejo de hacerlo y bajo la mirada.

-¿de que tanto hablaron tu y Castiel?- pregunto Lauren, la curiosidad que siempre habia existido en ella ahora me resultaba fastidiosa.

-De nada importante, ya sabes- me encogí de hombros- si tía, la cena- dije divagando un poco- ¿sabes? Voy a ver si tenemos correspondencia- invente, para poder escapar un rato de aquel incomodo momento.

-pero...

No deje que Lauren terminara e interrumpí el sonido de su aguda voz cuando la puerta me coloco del otro lado, suspire y baje con lentitud las escaleras, necesitaba un poco de aire fresco. Llegue hasta el ultimo piso y revise el cajón marcado con el 312 para ver si teníamos correspondencia, no había nada mas que unos cuantos folletos de publicidad, sobre cuentas de banco, a lo poco que pude entender.

Arrugue los papeles y los hice una bolita mal hecha, luego salí del edificio y me senté en las escaleras de la entrada en donde deposito las bolitas de papel a un lado, me lleve ambas manos a mis ante brazos, esta noche había decidido teñirse de un azul oscuro y gélidos aire. Suspire, haciendo que el vapor saliera de mi nariz y chocara con el frió.

La puerta se abrió a mis espaldas y antes de que pudiera articular algún pensamiento, su voz me distrajo.

-Necesitamos hablar-me dijo Laura aviniendo pegar un brinco, su tono era un poco áspero y cuando me gire a mirarla, se esforzaba en ocultar un rostro colérico, pero la mascara no resistía muy bien.

De pronto me asuste. ¿tan mal se había tomado que yo le haya dado la rosa a Lauren? La mire con ojos angustiados

Se sentó a mi lado, allí en el frió cemento de las escaleras desgastadas de la entrada y el contacto con su piel me produjo un tierno calor cuando pego su brazo y hombro al mio.

-¿que sucede?- pregunte 

-¿que fue eso?-me dijo con el mismo tono de voz.

-¿que fue que?-esto parecía un juego de palabras.

-Eso, con Castiel ¿por que te beso?

Me solté a reír de puro nerviosismo, yo pensando que ella me daría una buena amonestación por lo de la rosa y, ¿me sale con eso?

-no me beso-dije 

-¿entonces como le llamas al hecho de que el haya pegado sus labios a los tuyos?

-¿que?- reí aun mas, al parecer a Laura no le hacia mucha gracia- Castiel no me beso, no en los labios, al menos. Fue solo un beso de amigos

-pues no parecían amigos.farfullo 

-Pergolizzi , pareces mi madre- dije, medio molesta por tener que darle explicaciones  y la risa se volvió una linea tensa en mis labios.

Laura suspiro y decidió mejor cambiar de tema, aunque no de tono de voz

-¿por que le diste la rosa a Lauren?-pregunto

-Porque ella es tu novia, Laura- dije, aunque me haya dolido rectificar aquello- A ella es a quien debes darle rosas, osos, lo que sea.

-Pero yo te la quise dar a ti-insistió 

-Y yo no iba a decirle a Lauren eso, ¿ o si?- suspire- Laura, ¿por que te molestas tanto con las cosas que hago? ¿Porque te importa que le haya dado la rosa a Lauren e inventados una excusa para salvarnos el pellejo? ¿Porque te molesta si Castiel me besa o me lleva un ramo de flores?

Se quedo en silencio un rato, mirando hacia adelante con el ceño fruncido y sus labios formando una linea

-No lo se- musito- Tengo que irme- se levanto rápidamente y camino hasta si Hybrid negra y subiendo a ella condujo hasta desaparecer de mi vista.

Me quede sentada allí, sin saber bien que había ocurrido hace unos minutos;era la clase de desconcierto que hace que te duela la cabeza y sentir como si tus pies volaran lejos del planeta tierra. ¿Por que Laura había actuado así? A no se que... no, claro que no. Eso no es posible.

Suspire agobiada, si Laura había malinterpretado todo, seguro Lauren también y ahora, aunque no tenia ganas de mantener una conversación para mentirle mas a Lauren y sonreirle condescendiente mente, tenia que pararme enfrente de ella y darle el mismo sermón que le día a Laura, el de ''Castiel y yo solo somos amigos''

Me levante desganada y abrí la puerta del edificio, conduciendo mis pies escaleras arriba hasta llegar al tercer piso y al departamento 312. Suspire de nuevo antes de entrar rogándole a Dios que tan solo un poco de ayuda, Lauren podía llegar  ser realmente persistente.

Abrí la puerta girando la dorada perilla y visualice a  Lauren mirando TV desde la cocina; mientras intentaba recalentar el el horno un pedazo de pizza del día jueves. Cuando me vio entrar se giro hacia mi y me sonrió de gran manera haciéndome ver sus dientes medianos y blancos, tan fuertes como una roble.

Trate de sonreír.

-¿por que la gran sonrisa?¿ la pizza no se te quemo hoy?-bromee 

-Aay- se quejo como niña pequeña- Eso solo fue una vez y hace años-dijo y rio, dejando escapar el sonido levemente gutural de su risa.

Me tuve que reír también, recordando aquella escena de la pizza quemada en casa de su abuela, cuando teníamos 17 años.

-Bueno, pero no es por eso porque sonrió- me dijo - Tu tienes algo que contarme- levanto las cejas una y otra vez.

-¿como que?- me hice la que no sabia

-no se tu dime, algo que tenga que ver con un chico llamado... ¿castiel?-tanteo 

Puse los ojos en blanco.

-Lauren. ¿ cuando vas a entender que entre Castiel y yo solo hay una bonita amistad? Ya aclaramos el punto y ambos estamos bien siendo amigos.

-pero yo vi...

-un beso, ya se - la interrumpí- no es lo que ti crees-dije y se quedo en silencio como por tres segundos y luego exhalo.

-Eres aburrida- dijo y se giro para ver su pedazo de pizza girar en el plato dentro del horno.

-El hecho de que no me guste Castiel no quiere decir que sea aburrida- me defendí

-No, pero desde que llegaste a Venecia, no has salido con ningún chico- me dijo- A menos que...- se giro de nuevo y me miro, la sonrisa volvió a expandirse por su rostro - ¿ te gusta Louis?

-¿que?

-Pues, no sales con mas chicos, vas de aquí para allá pero no sin las mismas personas: Castiel, Louis y tu amiga la de los Agnelli e incluso Laura

Algo me estrujo el estomago cuando dijo su nombre 

El Manual de lo Prohibido. (Laura Pergolizzi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora