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Fue entonces que me percate de que una de mis lagrimas había escapado de  mis ojos y había llegado hasta mis labios. Estaba llorando. Allí estaba y no era un sueño, una ilusión o una cruel jugarreta de mi mente. entonces capte que colgando del edificio, había un enorme cartel que decía ''Nessuna fuga di nuevo'' (no huyas otra vez) con grandes letra azules. No sabia que decía, jamas había aprendido italiano, pero cual fuera el mensaje, me impedía moverme, quería permanecer allí, observándolo. 

Hice una comparación, y mi exposición salio perdiendo. Laura era hermosa, en todo sentido que pudiera verle; su voz, su rostro, su cuerpo incluso, así usara el atuendo mas ridículo del planeta. De pronto, un pensamiento me cruzo por la mente, ¿existía la posibilidad de que ella me quisiera? ¿tan solo a mi? Tenia que haber una razón por la que en este momento estuviera allí, cantándome esas hermosas palabras que me llenaban el alma, ¿todo eso era verdad? y si lo era, ¿ acaso no seguiría siendo malo? El recuerdo desgarrador que aun no me abandonaba, era aquel en el que se veían los ojos hinchados y rojos de Lauren, la tristeza en su rostro  y la radiografías de su alma hecha pedazos. ¿Es que yo no podía ser tan cínica como para terminar de arrebatando-le lo que mas amo? . Mire de nuevo a Laura y otra lagrima corrió por mi mejilla. Ni siquiera yo misma me entendía; su ella me quería y yo la amaba mas que a mi vida misma, ¿como podríamos estar juntas? ¿ el dolor de Lauren era el precio a pagar? Me lastimaba querer hacerlo para estar con Lauren, no podía ser tan egoísta, ¿o si? Era verdad que había pasado el tiempo, pero aunque para mi fuera eterno, en realidad no había sido bastante. En dos meses nadie sana una herida, y mucho menos si es tan profunda como la que yo había hecho. ¿Es que nunca podría llegar a estar con Laura?¿Ser feliz con ella? ¿Tenia que conocerla? Pero tampoco podía ignorar todo este amor que me quemaba por dentro, me hacia hervía la sangre y que ya hasta dudaba me cupiera en el corazón o en el cuerpo entero.  Senti a Jesse a mi lado. 

-Dile que no es demasiado tiempo- me susurro y la gente volvió a mi alrededor, volví a la realidad que me asfixiaba. 

Di una rápida mirada a Jesse y luego la volví a Laura; el murmullo de la gente me hizo perder las voces en la cabeza, mientras la de Laura continuaba metiéndose por mis oídos y llegaba a mi corazón. El suspiro angustiado que solté se hizo visible al empañar el cristal de la ventana, ¿por que tenia que pensar demasiado las cosas? ¿volver a separar seria muy cobarde?

La música para y junto a ella mi corazón estrepitosamente colapso en nuevos latidos. Laura miro hacia mi y un a tal distancia, pude sentirme abrigada en el calor de su mirada. 

-¿que esperas?- me insistió Jesse, pero ni siquiera yo lo sabia. Laura no se movía, pero el par de músicos detrás de ella comenzaron a retirarse, haciendo que la escena pareciera viva. 

Era hora de aclarar las cosas con Laura y conmigo misma, también. Comencé a mover los pies hacia atrás y despegue las manos del cristal, dejando una huella de mis palmas. Laura noto mi movimiento y en cuanto me di la media vuelta, dio un salto hacia atrás y se hecho a correr. No puse que mas hizo, porque camine hasta las escaleras  y baje a grandes zancadas media desequilibradas hasta la planta baja. ¿ Que iba a decirle? Mi cabeza era un completo caos e iba viéndome los pues al caminar, tratando de encontrar la respuesta correcta a todo este dilema. 

Justo cuando iba a salir por la puerta, donde la luz taciturna del sol escaso ya comenzaba a alumbrar, un brazo me cerro el paso. El pecho agitado de Laura se movía de arriba abajo bajo su sudadera negra y su respiración irregular me movía los cabellos de tanta cercanía. tenerla así de cerca después de tanto tiempo hizo que me debilitara por completo, pero me obligue a sacar fuerzas de donde no las tenia para mantenerme de pie, aun cuando mi corazón estallara contra mi pecho. 

-No escapes de nuevo- musito, entrecortad amente y su aliento me estremeció el alma. 

-¿Que?- logre decir 

El Manual de lo Prohibido. (Laura Pergolizzi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora