Estaba recostado en mi cama mirando el techo, tengo muchas cosas en las que pensar, pero simplemente no podía poner en orden mis pensamientos, no, no son mis pensamientos, con mis sentimientos los que no logro poner en orden, toda esta confusión es por mi jefe y vecino, Takano Masamune, desde que lo volví a ver puso todo mi mundo de cabeza y sin quererlo todos esos recuerdos de mi época de secundaria se reproducían en mi mente. Las veces que nos encontrábamos en la biblioteca y hablábamos acerca de nuestros libros favoritos, cuando era fácil hablar con el y no se creaban esos silencios incomodos que ahora nos atormentan cada vez que estamos juntos. Claro que no es para menos, la sola idea de quedarme solo con él hace que mi corazón se acelere como un loco.
¿Qué pasaría si le expresara libremente mis sentimientos a Takano-san? ¿mi historia tendrá un final feliz como en los mangas shoujo en los que trabajamos?, por mas que lo piense esta relación no puede terminar bien de ninguna forma, esto no es un cuento de hadas con un "final feliz". Tan solo en pensar lo que dirán mis padres al enterarse que tengo una relación con un hombre me da miedo y aun así cada vez que veo los ojos avellana de Takano-san, solamente me invade el deseo de abrazarlo muy fuerte para que no se aleje de mi lado. De la nada escuche como el timbre de mi apartamento sonaba una y otra vez, por supuesto se de quien se trata.
Con pereza me levante y abrí la puerta para encontrarme con quien hace unos momentos era el dueño de mis pensamientos, mi molesto vecino y la persona que mas amo en todo el mundo -pensé que nunca abrirías- dijo en su casi típico tono sarcástico -bueno, no es mi culpa que a "alguien" se le haya ocurrido la "grandiosa" idea de venir tan temprano a molestarme- dije con molestia en mi tono de voz y devolviéndole el sarcasmo, mientras el mismo se invito a pasar a mi departamento, -Onodera, este lugar es un asco- dijo mientras se cruzaba de brazos -si al menos me avisaras con anticipación cada vez que vienes, este lugar estaría mas que reluciente- conteste muy enojado por ese comentario que estaba de más, soy muy consciente de como esta el lugar en donde vivo -bueno, como sea, solo vine para que desayunemos juntos- en ese momento entro de nuevo sin ningún permiso a mi cocina y empezó a sacar platos e ingredientes. Yo solo lo miraba sorprendido por sus acciones, aunque este tipo de cosas ya es normal en Takano-san, pero todavía sigo sin acostumbrarme a esto. -No es necesario que hagas esto, aun así, gracias de todas formas...- fue lo único que pude decir mientras sentía mis mejillas enrojecerse, algo que ya es común cada vez que él tiene este tipo de atenciones hacia mí.
A pesar de mis quejas, como siempre no me hizo caso alguno y terminamos desayunando los dos juntos, en silencio como siempre, ninguno de los dos sabemos sabe cómo iniciar una conversación, es tan incomodo estar en esta situación. Pero no hay mucho que yo pueda hacer para salir de ella.
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La caída del cerezo
Hayran KurguRitsu decide dejar de huir y enfrentarse a sus sentimientos, aunque suena mas fácil de lo que parece. A veces tienes que dejar atrás el miedo y arriesgarte a tomar decisiones que pueden cambiar todo.