CAPÍTULO 10

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Pablo corrió detrás de Dana, por fin logró alcanzarla y tomó su mano. Ella volteó a ver quién era e inmediatamente salto a sus brazos. Se abrazaron por algunos minutos que parecieron eternos, las lágrimas de Dana corrían por su rostro y mojaba la camisa de Pablo. Él solo la abrazó y acariciaba su cabello, quedándose en silencio tratando de transmitir tranquilidad. Por fin, se rompió el silencio entre ellos.
- No se qué haya pasado allá, solo quiero que sepas que estoy aquí si quieres hablar.
- No digas nada Pablo, solo abrázame por favor. No quiero saber nada el día de hoy.
- Está bien linda.
Pasaron unos minutos más abrazados, por fin Dana logro incorporarse y le pidió que la acompañara a casa y comenzaron a caminar tomados de las manos. El silencio continuo unas cuantas cuadras hasta que ella mencionó.
- Tu consejo al final de cuentas, fue muy loco. Jamás pensé que enfrentar la realidad me daría tantas sorpresas.
- ¿Por qué lo dices linda ?
- Alan, es el amante de mamá
- ¿Qué? Que pequeño el mundo.
- Lo mismo pienso, todo esto pasaba a mí al rededor y jamás sospeche una mínima parte. Por el contrario ni hermana Angélica siempre tenía esa duda sobre mamá.
- Linda, puedo preguntarte ¿Cuál es el nombre de tu madre?
- Zuleyma, ¿A caso la conoces ?
- Creo que si. En algunas ocasiones Alan ha llegado al café con una mujer, muy guapa por cierto. Solo llegan a tomar café y a platicar un par de horas. Jamás vi algo más en ellos, era como ver dos buenos amigos. Y nunca sospecharía algo más ya que en ocasiones Carlos, mi jefe, se ha sentado con ellos a platicar.
- ¿Qué? No puedo creer que hasta los hijos de él conozcan la historia de ellos.
- Eso no te lo puedo asegurar, solo que cuando mi jefe la ve, la saluda con mucho cariño .
- No se qué demonios pasa en este mundo tan enfermo Pablo.
- ¿Enfermo?
- Está bien, te contaré lo que me dijo Alan, su versión o parte de su historia.
Continuaron caminando mientras ella hacía un resumen de lo que Alan le dijo. Pablo caminaba mirando al frente escuchando las palabras de Dana sin decir nada. Cuando ella terminó él dijo:
- ¡Vaya! Eso es verdadero amor.
- ¿Amor? ¿De parte de quién estás ?
- De parte del amor sincero linda. Puedes imaginar el sacrificio que hizo tu madre, ¿por ustedes? Estar con un hombre tantos años que no le hace feliz por estar con ustedes. No te haz puesto a pensar que el día que tú te enamores, o el día que consigas un trabajo fuera de casa, tendrás que partir y tu madre será quién se quede sola con un hombre que no ama. Todo por ustedes y ustedes vivirán su vida a como les plazca, te enamorarás, lloraras, conocerás amores verdaderos y falsos, conocerás los dolores y la angustia de un desamor. Y Alan, ni se diga. Si antes lo respetaba ahora lo admiro más. Eso es lealtad, no abandonar a la madre de sus hijos, aún sabiendo que no se aman él siempre le ha dado su lugar y la ha cuidado, y sacrificar su gran amor por tu madre de nuevo por ustedes, por no permitir que anden en la vida sin ella. ¿Si comprendes todo eso Dana? Analiza las cosa más allá de tu dolor linda, sé que te duele pero si eres un poco más objetiva y dejas a un lado tu dolor quizá solo así comprendas.
- Quizá tengas razón pero creeme, no estoy de humor para querer comprender todo esto.
Por fin llegaron a su casa, se detuvieron justo enfrente. Dana solo observaba la casa y pensó en voz baja.
- De nuevo tengo que regresar a mi vida falsa.
- Tranquila linda, verás que todo pasará pronto y comprenderás las cosas.
- Gracias por acompañarme Pablo, eres muy lindo conmigo.
- Tranquila nena, estoy para ti. Gracias por confiarme todo esto. Ve descansa, mañana será otro dia. Se acercó a ella, levanto sus manos que aún permanencia entrelazadas, mirándola a los ojos beso tiernamente la mano de Dana y se despidió.
- Nos vemos otro día linda, ya sabes mi número para cuando necesites que venga a rescatarte.
- Gracias Pablo. Gracias por escucharme.
Entro a casa y se dirigió directo a su habitación, cerro por dentro con seguro y se dispuso a dormir para dejar de pensar tantas cosas que revolotearon su mente.
A la mañana siguiente todo parecía normal, bajaron a desayunar esperando que Alfonso bajará por su café de todos los días.
- Buenos días niñas
- Hola mami. Dijo Angélica
- Buenos días. contesto de forma seca Dana
- ¿Cómo estás Dana?
- Es muy temprano madre, estoy bien no te preocupes. Es tarde debemos irnos a la escuela.
- Está bien hija, te espero en la tarde para seguir nuestra conversación.
- Claro
- ¿porqué a mi nadie me dice nada? alegó Angélica .
- Ya te dije hija, sin cosas de tu hermana y debes respetarlo .
Justo antes de irse a la escuela, Dana escuchó que Alfonso bajando las escaleras y le dijo a Zuleyma que no regresaría por la tarde a casa que tenía una reunión importante.
- Bien padre, ahora es tu momento de decirme la verdad. Pensó dentro de si misma.

EL AMANTE DE MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora