CAPÍTULO 5

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Le pidió al taxista llevarla lejos de ahí, su corazón se estrujaba y se sentía triste, sentía que el pedestal en el que tenía a sus padres se desmoronaba por completo. Pidió la dejarán en un café cercano a la escuela, tenía que pensar con claridad lo que haría, tenía que decidir en decirle o no lo que había visto ese día a su hermana menor. ¿Enfrentaría a sus padres? No sabía que hacer, solo se sentó pidió un frapé y sus lágrimas comenzaron a caer en silencio.

Un mesero del café no pudo con su curiosidad y su preocupación, veía que estaba sola, con la mirada perdida, queriendo una explicación a algo que no entendía, se acercó a ella y le llevo una galleta de chispas de chocolate.
- Eh! yo no he pedido esto joven.
- ¡Lo sé! Dicen que las penas con pan son menos, pero en lo personal prefiero el chocolate.
- ¿Qué? No entiendo.
- No te preocupes, comela es cortesía del café.
- Gracias , pero lo que menos tengo en estos momentos es apetito.
- ¿Te pasa algo? Disculpa que sea un poco curioso, pero ver a una chica como tú llorando en silencio, me alarmó. Soy Pablo por cierto.
- Dana. Mucho gusto. ¿Una chica como yo? ¿A qué te refieres?
- Una chica linda, así como tú. Odio que haya persona que hagan sufrir a chicas lindas como tú .
- Sabes algo, si en otro momento me hubieras coqueteado cómo lo haces ahora, hubiera caído redonda pero hoy no Pablo. Hoy no.
- ¿Coquetear? ¿Quién está coqueteando? Dime quién para partirle la cara.
- Vamos, no trates de ser gracioso. No estoy de humor.
- Estoy en mi descanso de 10 minutos si quieres podemos hablar.
- Lo que quiero es una explicación, una explicación de lo que descubrí y de porqué el engaño .
- ¿Quieres un consejo?
- ¿ De un extraño ? Bien, no creo que pueda decepcionarme más el día de hoy .
- ouch! Eso dolió, además ya no somos extraños recuerda que ya me presenté .
- Si claro, entonces ¿cuál es tu sabio consejo?
- No trates de buscarle respuesta a preguntas que no haz hecho.
- y eso ¿qué quiere decir?
- Sufres más buscando respuestas a las dudas que tienes, sufres más en imaginas y suponer cosas que no sabes si son reales, sufres más en permitir que la duda quede sembrada en ti. Enfrenta las cosas y pregunta, no pasará nada, solo conocerás la razón del porqué de una situación.
Esas palabras calmaron un poco a Dana, quizá no del todo pero al menos ya no sollozaba y se quedó pensando lo que Pablo le dijo.
- Sabes, no está tan loco tu consejo.
- Te dije, que era un buen consejo.
- Gracias en verdad. Ahora ¿ te puedo pedir algo ?
- Lo que quieras linda.
- Tráeme otra galleta de chispas por favor.
- ja, ja, ja. Claro con gusto. Se puso de pie y fue hacia el estante de galletas. Al regresar Dana se había ido, pero dejo una nota en la servilleta de su café.

"Gracias Pablo, te dejo mi número, espero recibir más consejos de tu parte"

Se dirigió a la escuela, sin darse cuenta ya era casi la hora de la salida. Ya estaba más calmada y se había retocado un poco el maquillaje tenue que lleva a la escuela, debería parecer tranquila y normal. Justo al llegar a la escuela escuchó sonar el timbre y comenzaron a salir los alumnos. Entre el mar de juventud alcanzo a escuchar a su pequeña hermana.
- Dana, Dana, dime ¿ qué pasó?
- Te dije que estabas equivocada. Mamá fue al super , Vi que llevaba algunas cosas en el carrito de compras , pago y se marchó . La seguí en un taxi y llegó a casa, todo está bien. Te lo dije.
- Dana, pero, pero, pero mamá sonríe mientras ve su celular.
- ¿Qué acaso tú no haces lo mismo embobada viendo vídeos o memes? Mamá tiene amigas y de seguro de eso se ríe.
- Dana pero, pero.
- Pero nada Angélica, ya cumplí tu capricho ahora deja está tontería y por favor vamos a casa, estoy cansada de andar dando vueltas por la ciudad para demostrarte lo equivocada que estas.

El regreso a casa estuvo en silencio, ninguna dijo una sola palabra. Angélica tenía miedo de preguntar y Dana tenía miedo de decir la verdad.

Llegaron a casa y encontraron a Zuleyma poniendo la mesa para comer juntas.
- Mamá, huele delicioso. ¿verdad Dana?
- No tengo apetito. Subiré a descansar me duele un poco cabeza.
- ¿Que pasa hija? ¿Te pasó algo en la escuela ?
- Nada mamá, solo me duele la cabeza.
- Esta bien Amor, descansa más tarde bajas a comer. Ven Angélica come conmigo.
- Claro mami, tengo mucha hambre.

Mientras se alejaba a su habitación Dana no dejaba de repasar en su mente la imagen de sus padres besando a otro que no fueran ellos, al tipo barbon y canoso que se atrevió a besar a su madre y a la rubia misteriosa entrando al motel con su papá.

Todo estuvo en calma en casa el resto de la tarde, la escandalosa y muy susceptible de Angélica estaba en su habitación escuchando música y haciendo su tarea, Zuleyma aún estaba terminando de lavar la loza de la comida cuando escucho detrás de ella unos pasos y unos leves sollozos.
- ¿Porqué mamá? Quiero saber desde cuándo y porqué de esta situación.
- ¿De qué hablas hija? ¿Qué te pasa por favor ?
- No más caretas madre. Hace algunos meses Angélica sospecha que tienes un amante y hoy lo comprobé. Te Vi en el super con ese hombre, Vi como tomo tu mano y te dió un beso, Vi tu sonrisa, la sonrisa que tienes cuando tomas el celular al escuchar un mensaje.

Zuleyma palideció y quedó muda, pasaron unos minutos en silencio solo mirándose sin saber qué decir. Pero el azote de la puerta principal las regreso a la realidad, era Alfonso que venía muy enojado.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué estás llorando Dana?
- No pasa nada Alfonso, es cosa de chicas, por favor.
- vaya, cosas de chicas. Estoy harto de las mujeres.
- ¿perdón? A qué te refieres papá, o ¿es que alguna rubia te hizo enojar el día de hoy?
- ¿Qué? que manera es esa de responderme Dana. Pero para tu información no, no fue una rubia el que hizo molestarme el día hoy.
- Entonces mamá, estoy esperando una respuesta.
- Dana, no es momento no lugar de seguir está plática, tu padre vino a comer.
- Así es, date prisa mujer debo regresar al trabajo y seguir soportando a esa mujer.
- Esta bien madre, tenemos mucho que hablar.

EL AMANTE DE MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora