La historia de Olivia Blythe (ahora también Williams) era la de una niña de seis años. Pelirroja, de piel pálida y ojos aguamarina. Delgada y frágil, en apariencia. Que sin saber que ese hombre era lo que era, presenció cómo secuestraban a su padre siendo apenas un bebé y años después fue testigo presencial de cómo un coche se saltaba un semáforo y le arrebataba a su madre.
La historia de una niña que no había vuelto a hablar desde hacía dos meses. La historia de un pequeña asustada que se creía sola. Y castigada a vivir sin que nadie le diese, nunca más, un beso de buenas noches.
Y que aterrizó en aquel enorme aeropuerto aferrada a la mano de la azafata que la había acompañada durante el vuelo. Temblando. Sintiendo que lo único que quería era esconderse y que jamás nadie la encontrase. Mientras su mente llamaba una y otra vez, como en tantas otras ocasiones, a su madre.
- Matt se refugió en un pequeño pueblo de la Toscana... - empezó el rubio detective poco después de haber soltado la noticia. Seguía sentado en la misma silla con sus manos unidas entre sí, con las piernas abiertas, el cuerpo inclinado levemente hacia delante y mirando al suelo. Sabía que Steve le dejaría hablar sin interrumpirle. No necesitaba mirarlo para saber que seguía abrumado por lo que había dicho minutos antes. - se construyó, con el dinero que le quitó a Reyes, una identidad falsa y vivió durante tres años escondido. Hasta que le encontraron. Mientras estuvo oculto conoció a una mujer de la que según nos ha llegado se enamoró y con la que tuvo a Olivia. Parece ser que ella era una persona tan "solitaria" como él y que había buscando también iniciar una nueva vida en aquel lugar y, que fue ese paralelismo lo que les unió. Cuando Marcos Reyes secuestró a mi hermano, ni Matt ni ella habían formalizado su relación y, él no había reconocido a la niña como suya.
- ¿Para protegerlas? - Danny asintió.
- Supongo.
- ¿Y cómo os habéis enterado de su existencia?
- La madre, la pareja de Matt, murió hace unos meses, en un accidente de tráfico. Desde entonces han estado intentando localizar algún familiar vivo antes de ponerla oficialmente en adopción. - Danny suspiró. No podía imaginarse a su sobrina en un hogar de protección infantil, sola. Confundida. Durante meses. Y sin que ellos pudieran evitarlo porque ni tan siquiera sabían que existía. - los servicios de tutela italianos han investigado bien. Al parecer en el lugar en el que vivían era pública la relación de Matt con esa chica, aunque nadie conociese quién era realmente mi hermano, ni tan siquiera ella por eso pensó que no podía avisar a ningún familiar de lo sucedido con Matt, para ella era un hombre, que no tenía a nadie como ella. El caso es que empezaron a tirar del hilo y llegaron hasta nosotros. No tengo muy claro cómo pero lo consiguieron. Mi madre se hizo pruebas de adn para cotejarlo con el de la niña y sí, ha resultado que Matt es efectivamente, su padre. Y al no tener más familia materna... - Steve se unió al suspiro de su pareja. - Hace unas semanas nos estuvieron haciendo entrevistas, vía skype, en mi caso para valorar la idoneidad como tutores y, el más adecuado, han decidido que soy yo. Mis padres comienzan a estar mayores, Stella se está empezando a ocupar de ellos con toda la carga que ello supone, Bridget está en pleno divorcio - el líder de la unidad de élite de Hawaii enarcó una ceja ante aquello último. - así que el que tiene la estabilidad que la niña necesita soy yo. Un trabajo peligroso, sí pero seguro, un techo bajo el que estar y una relación de pareja sólida... - sonrió cuando al levantar los ojos se encontró con los del moreno que brillaban con calidez y comprensión. - Steve, no quiero que te metas en esto porque a mi no me quede otra...
- Es tu sobrina, es tu familia, Danny. Está sola y te necesita. Y te dije que estaría a tu lado en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. - el ex marine se levantó, se sentó en el borde la de la mesa, poniendo un dedo en la barbilla del detective y haciendo que no volviese a bajar la mirada. - Te amo, Danno. Y quiero todo lo que venga de ti y de tu familia... alegrías, tristezas, contratiempos... Y estoy seguro que Olivia traerá más de lo primero que de lo último.
- Pero no será fácil, nene... No me imagino por todo lo que ha tenido que pasar siendo tan pequeña.
- Las mejores cosas de la vida no son nunca fáciles. - Steve volvió a sonreír. - Tú no eres fácil y eres lo mejor que me ha pasado nunca.
El inspector hizo una mueca mientras le arreaba un golpe en la rodilla a su chico.
- Serás cabrón, Mcgarreth... - gruñó con una risa ahogada escapando de su garganta.
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Danny la vio ocultarse tras las piernas de la auxiliar de vuelo. Sí, era pequeña. Y parecía asustada.
Mucho.
Sentía la presencia de sus hijos y de su pareja tras él.
Sin saber qué hacer se sorprendió cuando vio pasar a Grace por su lado. Colocarse en cuclillas entre él y la mujer. Tender la mano y hablar. Sus suaves palabras le llegaron. Su corazón se llenó de orgullo. Un sentimiento que sí, solía unirse con asombrosa facilidad a su hija.
- Bienvenida a casa, Olivia. Me llamo Gracie... - la niña había avanzado unos pasos observándola con curiosidad mientras se separaba de su parapeto. - No dejaré que vuelvas a estar sola, jamás. - añadió su joven hija. - ¿Me dejas que te abrace?
¿Por qué funcionó? Ni lo sabía ni le importaba. Pero ver como su preciosa Monita estrechaba aquella niña indefensa contra ella ofreciendo un consuelo que seguro llevaba meses añorando le hizo saber que sí, que sería difícil pero que merecería la pena.
La mano de Steve, ahora a su vera, estrechó la suya.
- Parece que sí, Danno... - le susurró. - parece que sí que somos padres. Y es preciosa.
