My shadow tilts It's head at me
Spirits in the Dark are waiting
I will let the wind go quietly
I will let the wind go quietly°
°
°Los entrenamientos eran duros y exigentes, la trataban al igual que a los asesinos más experimentados del gremio y por alguna razón eso la hacía sentir...
Aceptada.
Descubrió que el crítico y suspicaz hombre que le dio su nuevo nombre se trataba nada más ni nada menos que del líder de la Liga. Un hombre que, según los rumores, llevaba más de un milenio caminando por estas malditas tierras. Un hombre maldito, calculador y frío. Un hombre sin simpatía y con sed de sangre. Un hombre llamado Ra's Al Ghul.
La Cabeza del Demonio.
Irónico.
Raven... No... Alghurab era entrenada por los líderes y miembros más importantes y respetados de la Liga, que buscaban explotar su potencial al máximo y convertirla en la asesina más letal sobre la faz de la Tierra. También tenía maestros en el ámbito de la magia, un hombre que se decía dominaba las artes oscuras y el ocultismo y que la instruyó tanto a ella como a su hijo, un chico pálido de ojos grises de su misma edad al que llamaban por el nombre de Suren.
Con el tiempo Ghurab se acostumbró a su nueva vida de dolor y sangre continua, sorprendiendo a sus maestros y a sí misma cada vez que arrebataba una vida sin arrepentimientos, enviando esas almas de vuelta a las tierras de su padre con una gracia tal que parecía estar pintando. Ella deseaba hacer sentir a sus anfitriones orgullosos y pagarles de esa forma por el nuevo hogar que le habían proporcionado.
Y antes de que se diera cuenta sintió un deja vú.
Todo estaba ocurriendo otra vez.
Se sentía como en Azarath.
Se pensaba en el Inframundo.
Se sabía en Nanda Parbat.
Hubieron muchas noches en las que pensaba en escapar, irse de esas tierras y alejarse lo más posible de esas personas. Pero nunca lo hacía. Por alguna razón siempre que lo intentaba algo la hacía incapaz de irse, una especie de conexión la ataba a ese lugar. Una conexión que por más que lo intentó nunca pudo ser capaz de descifrar.
Y luego estaba él.
Durante todo el tiempo que pasó allí siempre parecía encontrarse con ese chico. Un joven de su misma edad rondaba alrededor del palacio y ella a veces coincidía lejanamente con su sombra. En varias ocasiones escuchaba sus entrenamientos, que parecían ser por mucho más exigentes y letales que los de ella. Incluso a esa chica de su edad con aires de grandeza y el día en el que abandonó la arena después de pelear con el muchacho. Ella salió sujetándose el rostro mientras un río de sangre abandonaba su ojo derecho.
No volvió a ver a la tal Mara después de eso.
En otras ocasiones lo veía a la distancia con un lienzo frente a él. Se solía sentar en los jardines de la fortaleza a pintar con un talento sobrenatural, dándole la espalda a la chica bruja que meditaba oculta bajo la sombra de un árbol. Luego ella misma era testigo del talento del joven al ver los paisajes colgados en las paredes de los pasillos. Nunca hablaron, pero cada vez que sus ojos se encontraban mientras él entrenaba a los asesinos más letales del gremio, se decían todo y a la vez nada. Ella vivía a su sombra sin saberlo y estaba más que consciente que el chico también conocía de la existencia del imán invisible que hacía que se encontraran a pesar de la distancia.
Y a pesar de la distancia ella era capaz de divisar su rostro.
A pesar de la distancia pudo apreciar su alma rota y manchada de sangre.
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Qalb Al-Ghul
FanfictionLas tierras del infierno eran traicioneras, pero cuando Raven escapó de ellas se vio envuelta en algo mucho más grande. Pensaba que ella era la única niña entrenada en ese lugar en el Medio Oriente, pero estaba equivocada. Damirae