XXVII

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- Yeri enjuágate bien los dientes- le dijo el hombre- o te saldrán caries.

-Está bien abuelo, la próxima vez no olvidaré mi cepillo de dientes.

-No sé por cual regañarte- dijo girando los ojos- por qué me sigues llamando abuelo o porque crees que tendrás que salir sola de casa otra vez.

-Debería estar feliz de tener una nieta.

-Mejor vamos- cambió de tema Jong- el edificio de tu madre está muy lejos de aquí y nos llevará varias horas llegar.

-¿No tienes auto abuelo?

-Un hombre como yo no tiene auto- río- pero tampoco dejaré que camines tanto así que te llevaré en el carrito de compras que usó para recolectar latas y botellas.

-¿Te robaste un carrito del supermercado?- preguntó sorprendida.

-Claro que no- se defendió comenzando a caminar hasta unos arbustos- lo tome de la basura, solo tuve que reparar una de las ruedas- Jong se metió detrás de los arbustos y sacó una de sus pocas posesiones- solo déjame ponerle un cartón dentro para que estés cómoda.

-Gracias abuelo- la niña abrazó al hombre dándole las gracias, Jong sonrió ante la acción hace tanto que no se sentía especial.

-Vamos que se hace tarde.

El hombre colocó el cartón en el fondo del carrito y sentó a Yeri junto a Oreo, su maleta y Nabong para comenzar su camino.

-Ya que vamos a ir lejos voy a recolectar botellas en el camino ¿Está bien?- quiso saber si la pequeña no tenía problema con ello- las colocare aquí en esta bolsa- señaló uno de los costados del carrito.

-¿Puedo ayudar?- preguntó.

-No tú eres una niña y vas a ir ahí sentada.

-Yo quiero ayudar.

-Si ves botellas me tienes que avisar ¿Trato?
-Bien- suspiro.

Llevaban alrededor de dos horas y media caminando y ya tenían una bolsa grande llena de latas y botellas de plástico.

-Ahí abuelo ahí- gritó señalando a un joven que terminaba su jugo junto a ellos.

-Pero aún no la tira- le explico.

-Pero ya está vacía.

-Pero no puedo quitársela aún- dijo- y deja de llamarme abuelo.

-Señor- comenzó a gritar Yeri- Señor- el joven se volteó a la pequeña y le sonrió.

-Dime pequeña.

-¿Puede darme su botella?- preguntó pestañeando repetidamente.

-Claro que si- se la tendió- aquí tienes y....- el joven revisó su maleta sacando una bolsa de Doritos- esto es para ti.

-Muchas gracias- agradeció feliz por lo que había conseguido- tenga un buen día Señor- el chico río.

-Tú también- dijo antes de irse.

-Viste abuelo que era fácil y además tenemos un snack- le mostró la bolsa roja llena de Doritos.

-Bien tú ganas- volteo los ojos- pero no más pedirle cosas a las personas sin conocerlas ¿Está bien?

-Bien.

[...]

Jennie se removió incómoda por la posición que tenía, se había quedado dormida sentada en el mueble con la rubia entre sus brazos, con cuidado recostó a Chaeyoung en el sillón tratando de no despertarla, había seguido llorando casi hasta quedarse dormida y apenas había probado bocado desde que Yeri desapareció, la chica llevó su mano a la frente de Chaeyoung y apartó los cabellos de su cara apreciando su hermoso rostro que lucía tranquilo.

No me rendiré; Chaennie[Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora