Final

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La fiesta de Kim SeokJin acababa de comenzar y ya había bastante gente en medio del comedor bailando, entre ellas, Tzuyu y Sana.

Bailar con Tzuyu no era algo que estaba en los planes de Sana, pero aún con alcohol en su sangre, puede dar por hecho de que no se arrepentirá la mañana siguiente.

La menor tenía sus manos en su cintura, pero extrañamente parecía algo inquieta ante la presencia de la mayor, quién se balanceaba de un lado a otro, enloqueciendo a Tzuyu.

—¿Estás segura que quieres otro? —la menor preguntó preocupada luego de que, al separarse, la mayor haya caminado con ella de la mano para ir por otro shot de tequila.

—¿Por qué no? Todavía es temprano —comentó despreocupada la mayor, tomándose el contenido del pequeño vaso y luego tomando la mano de la menor— Vamos al baño.

Subir las escaleras con una japonesa borracha no era lo más fácil del mundo, sobre todo cuando el camino estaba lleno de personas hablando o fumando, entorpeciendo el objetivo de la menor.

—¿Quieres vomitar? —preguntó Tzuyu una vez cerró la puerta con pestillo.

—Nop —sonrió la mayor, acercándose a la más alta y apoyando sus manos en la cintura de ésta—. Quería hacer ésto.

Y sin más, la japonesa unió sus labios en un intenso beso que dejó desprevenida por completo a la menor, quién sin entender muy bien como la castaña podía ponerse así con el alcohol en su sangre, decidió seguirle la corriente.

Las manos de la más alta se apoyaron en las mejillas de la mayor, cerrando sus ojos con fuerza y sintiendo el sabor a tequila y limón en los labios de la más baja, mientras ésta abría levemente sus labios para darle paso a la lengua de Tzuyu, quién no dudó un segundo de abrirse paso por la boca de la mayor y agarrar el cabello de la castaña entre sus dedos, jalandolo hacia abajo levemente.

El sonido que soltó la japonesa cuando la lengua de la menor tocó la suya, causó que Tzuyu se acercara más hacia la castaña y pusiera una mano sobre su cadera, aferrándose con fuerza a ésta.

Continuaron su beso, de vez en cuando soltando algún gemido o suspiro que enloquecía a la contraria, y separándose únicamente para tomar algo de aire y seguir el beso.

—¿Pueden abrir la maldita puerta de una vez? Me voy a orinar aquí si es necesario —sonó el grito de una chica detrás de la puerta del baño, interrumpiendo el acalorado momento de ambas chicas.

—¿Deberíamos? —susurró la mayor al separarse con brusquedad de la contraria.

—Si —ambas chicas arreglaron sus ropas y limpiaron los restos de labial que había alrededor de sus labios.

Abrieron la puerta e inmediatamente después, Joohyun entró al baño abruptamente, empujando a la japonesa con el hombro y cerrando la puerta detrás de si.

Cuando Sana iba a mirar a la menor con una sonrisa, se dió cuenta que ésta ya no se encontraba a su lado.

Mientras tanto, Momo y Dahyun estaban acostadas en el pasto del patio trasero, mirando el cielo completamente drogadas.

—¿A qué sabrán las estrellas? —preguntó Momo su voz ronca.

—No lo sé —se rió la rubia, girando su rostro y notando como los labios de Momo se abrían para formular otra pregunta (posiblemente sin sentido)

Pero la más baja tomó la mandíbula de la mayor con suavidad y giró su rostro, para luego posar sus labios sobre los de Momo y entrelazar sus piernas.

El césped estaba irritando la espalda de la pelinegra, pero eso no evitó en lo más mínimo que la mayor disfrutara del beso, así que posó una de sus manos libres en la cadera de Dahyun, suspirando en medio del beso y cerrando sus ojos con fuerza.

Insomnio » SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora