CAPITULO 1.

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COINCIDIR. TOP X GD

05 MARZO 12

Las calles eran inundadas por sonidos, como el de los pasos de las personas que transitaban por ahí. Entre aquella multitud, se podía distinguir a un joven de cabello rubio, facciones finas y cuerpo delgado. El fuerte sonido de los automóviles azotaba contra sus oídos; la dulce y fresca brisa se dedicaba a acariciar su cabello liberando un olor a fresa. El chico sostenía en su mano izquierda un libro de pasta roja, mientras en la otra sostenía su celular intentando teclear en él.

Al levantar el rostro, sus movimientos no fueron muy rápidos por lo que en segundos chocó con el pecho de alguien más. Golpe, escalofríos por toda su columna vertebral, olor a menta, agradable.

Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir...

Lo siento! No estaba viendo por donde caminaba.- Una profunda voz habló mandando nuevamente aquel escalofrío al de menor estatura.

-No se preocupe, igual yo iba distraído, disculpeme.- El rubio pudo notar que ya no tenía el libro en su mano y comenzó a buscarlo con la mirada encontrándolo a unos pasos de él.

Se agachó para tomarlo. En el momento que iba a recogerlo, su mano se topó con una más grande que la de él. Suave, cálida.

Levanto la mirada solo para ver el rostro de aquella persona que mandaba extrañas sensaciones a su cuerpo.

Facciones definidas, masculinas. Era todo un adonis. Cabello oscuro como la noche, nariz recta y labios delgados. Se atrevió a mirar aquellos ojos, oscuros, profundos; su mirada era tan oscura pero de igual manera se podía ver reflejada en ella. Era tan profunda como el mismísimo mar, tan llena de sentimientos.

El pequeño rubio tomó rápidamente su libro e irguió la espalda.

-¡OMO!.-Exclamó aquel chico alto.-¡Estamos leyendo el mismo libro!

El rubio vio como el otro jóven de pantalón de mezclilla y sudadera roja, sacaba de su mochila el mismo ejemplar.

Sonrió, contagiando con ésta al mas alto. Hermoso, esplendido, brillante, aquella sonrisa grande marcaba en su rostro unos graciosos hoyuelos. El movimiento de la gente, el sonido de los automóviles, el olor a pan recién horneado, desapareció, por lo menos eso pensó el rubio.

-Bueno, no le atraso más.- El pelinegro se rasco la nuca con nerviosismo.-Hasta luego.

Y así, en pelinegro siguió su camino, mientras el hermoso rubio con el corazón acelerado lo observaba alejarse. ¿Habrá sentido lo mismo que él?.

COINCIDIR. GTOP.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora