CAPITULO 2.

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17 Abril 2012

La ajetreada mañana por fin había acabado, dejando cansado Choi Seung Hyun.

Los grandes pasos del pelinegro se dirigían a un solo lugar. Pareciera que sus piernas reaccionaban solas; divisó a lo lejos aquella cafetería que frecuentaba, apuro el paso y entro rápidamente. El lugar era una de esas cafeterías en las que tenias que hacer fila para que tomaran tu pedido, sí, aburrido pero realmente valía la pena almorzar ahí. Se formo en la fila B, después de tres personas llegó su turno.

—Un Sándwich de salami con lechuga.—Se pausó, su profunda voz había sido acompañada por otra voz un tanto aguda, alguien más había dicho las mismas palabras que él, decidió ignorarlo, quizás su cansada mente y su hambriento estomago le estaban haciendo una mala jugada.—¿Y una coca-cola cherry?.—De nuevo aquella voz de fondo, parecía como si hubieran ensayado aquellas palabras, esta vez estuvo seguro de que no había sido una alucinación.

Seung giró su cabeza hacia la izquierda, la fila A. En cuanto vio a aquel joven rubio no pudo evitar sonreír ¿Quien diría que volvería a encontrar a ese chico bonito? Sí, realmente aquel chico le parecía hermoso, con ese estilo tan suyo y ese cabello rubio casi platinado.

—¡De nuevo tú!.—Dijo por fin el pelinegro mientras sonreía sacando del rubio una pequeña sonrisa nerviosa que como consecuencia aceleró el corazón del chico más alto.

Después de pagar, los dos chicos se hicieron hacia un lado para esperar en silencio su orden. Dados unos minutos se extendieron frente a ellos dos charolas, cada uno tomó la suya.

—¿Le gustaría, sentarse conmigo?.—Pregunto tímidamente el joven rubio mientras miraba hacia el suelo tratando de ocultar sus sonrojadas mejillas. —Noté que entro solo.

Seung Hyun quedó estupefacto unos segundos, aquella voz tan dulce, tan inocente había inundado sus oídos, aquella voz era tan delicada así como se veía el portador de ella. Aquella voz la sentía aterciopelada, suave, tanto que sentía como acariciaba con delicadeza su piel.

—Disculpe… ¿Se encuentra bien?.—Hablo el rubio sacando a Seung de aquel trance.

—¡Oh sí! Y si me gustaría sentarme contigo.—El mas alto vio como el rubio  sonreía y caminaba hacia una de las mesas y decidió seguirlo.—Por cierto, puedes tutearme, no soy tan viejo, apenas tengo 23, y que me hables mucho de usted me hace sentir un ajusshi

El rubio se sentó dejando su bandeja sobre la mesa seguido de Seung Hyun.

—Sería extraño no hablarle de usted, es mayor que yo por 5 años.—Dijo el rubio mientras desenvolvía su sándwich.

—Esta bien, entonces puedes llamarme Hyung.—El pelinegro sonrió y el rubio inclinó su cabeza hacia un lado y luego asintió.

Quedaron en silencio, pero era un silencio agradable para el mayor, podía sentir en el aire el aroma de la fragancia del chico.

—Y bien, ¿Cual es tu nombre?.—Pregunto Seung cuando termino de comer viendo que a aquel joven aun le faltaba la mitad de su sándwich, el rubio levantó la mirada dudoso.

—Kwon Ji Yong.—Se decidió a hablar en eso su celular sonó, un mensaje. Seung vio como el chico habría sus ojos grandemente y seguidamente trataba de embutirse lo que faltaba de su sándwich y tomaba el último trago a su bebida.—Me tengo que ir, se me hace tarde, hasta luego, ¿Hyung?.—El rubio estuvo a punto de levantar su charola de comida de la mesa pero Seung lo detuvo.

—Deja eso, yo lo recojo, ve que se te hará más tarde.—El pelinegro escucho un leve gracias y vio a Ji salir corriendo. En cuanto el rubio salio por la gran puerta, Seung se levantó, tomó las dos bandejas, deposito la basura en su lugar al igual que las bandejas y salio de ahí.

Ese día Choi Seung Hyun se fue con una gran sonrisa a continuar su trabajo.

COINCIDIR. GTOP.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora