Prólogo

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-Vamos a llevarte a casa, -sollozaba sobre mis rodillas. Estaba consiente y podía escuchar todo, pero no podía abrir los ojos, no podía moverme. -te dejaré meter a ese chico en horas de la madrugada y también dejaré que uses mi auto. Pero por favor despierta, no te atrevas a dejarme. 

Quería expresar lo que sentía pero no pude. 
Estaba atrapada en algo que yo misma había buscado
y todo por saber la verdad.

Todo comenzó de esta manera... 



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