▼No es el fina ▲

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10: 30 PM

Estaba revisando hasta el último detalle de todo lo que sucedería mañana. Hace dos horas que recibí un mensaje de agradecimiento de parte de la madre de Lion por mis prestaciones y servicios, esas fueron sus palabras, lo juro.

- Tu hermano piensa que estás deprimida –Jasper, sentado a mi lado, bebía descaradamente un poco de vino directo desde la botella. Es un tragón -, dice que siempre estás hablando sola y que eres mala influencia para mí. Parece buen hombre.

- ¿Sabes que quiere tirarse a Atenea, cierto? –no reaccioné hasta que sentí como la cama se movió bruscamente. - ¿A dónde crees que vas?

- A darle unas palmadas a tu hermano –volvió a su andar -, tal vez te lo devuelva en dos piezas. –podría importarme muy poco lo que Jasper intente hacer con Alexandrie, pero si mi madre lo ve con una de sus amadas cosechas de vino, no volverá a poner un pie en esta casa, eso es seguro. Corrí como loca hacia la puerta, cerrándola de golpe. –Quítate. Nadie habla, se acerca o si quiera imagina a mí hermana de manera indebida y queda con los labios perfectos, así que, quítate. –gruñó para mí.

- No, espantarás a mi madre. –tomé postura frente a él, enderezando los hombros para mostrar determinación.

- O te mueves o haré que lo pagues tú por él. –tenía una sonrisa burlona en el rostro que le daba ese aire juguetón.

- No me moveré.

- No digas que no te lo dije. –no bajé la guardia, pero su movimiento me tomó por sorpresa. Me empotró a la puerta y solté un gritillo, la adrenalina corrió de manera intensa dentro de mí cuando su mano cubrió mis ojos, invadiendo mi rostro para luego sentir como mi camiseta de adhería a mi piel.

- ¡JASPER, ¿QUÉ DEMONIOS, JASPER? –tuve que tomar grandes bocanas de aire porque el muy idiota derramó gran parte del contenido en mi rostro, por fin pude liberarme y no sé cómo, lo lancé sobre la alfombra para después montarlo. Tomé la botella de sus manos y comencé a derramarla sobre su rostro y su cabello.

- EN EL CABELLO NO BESTIA –reí a carcajadas ante su estúpido comentario.

- ¿Ahora soy la bestia? –el vino dejó de caer. Miré su rostro con sorpresa. - ¿Lo siento? –con mucha facilidad terminé con la espalda pegada a la alfombra y Jasper entre mis piernas mientras atacaba mi cuerpo con cosquillas. –BASTA, BASTA. –chillaba mientras reía.

- Lo haré, pero tienes que decir que soy el mejor. –su cara de victoria estaba borrosa ante las lágrimas causadas por la tortura.

- Eres el mejor, lo eres. Ahora suéltame para que podamos limpiar este desastre.

- ¿Podamos? Eso está en plural.

- Podemos y lo haremos.

Día siguiente:

7: 50 AM

Aquí estamos, en la recta final, la última revelación, los últimos secretos serán debelados aquí y ahora. Por mí. Volvimos al juego de una manera distinta, ya no es presencial, todo será vía redes sociales. Es más difícil borrar algo en internet una vez que se vuelve viral, todos lo saben y todos lo tiene al alcance de su mano. Es imposible.
Atenea y yo planeamos atacar a Mónica con todo el arsenal que teníamos y las cosas se pondrían feas aquí. Pero todo dio un giro cuando tuve la semana de sanción, cuando investigué más a profundidad, cuando vi que la verdad tenía otra cara y una muy distinta a la que estaba mostrando.

El equipo preparó un sed privado que para mi llegada ya estaba listo, solo contaba con diez minutos para hacer el en vivo antes del toque de timbre anunciando el inicio de clases. Todo estaba dirigido a una notificación grupal para todos los estudiantes, que con un solo toque estaría en sus pantallas en directo.

REVELACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora