Un respiro

50 2 0
                                    


Mientras el tiempo avanzaba, mientras crecía y entendía todo de una mejor manera me daba cuenta de todos los temores e inseguridades que yo misma me estaba encargando de llenarme. 

Todas aquellas noches en vela, aquellos momentos de impulsividad, rabia y coraje contra el mundo, la sociedad, mis amigos y padres, contra mí misma. 

Soñaba con ser libre, pero ni siquiera me daba cuenta que era yo la que me había puesto un par de cadenas ancladas al suelo desde el inicio, la misma  que se cortaba sus propias  alas sin siquiera intentar levantar el vuelo antes de. 

Tantas cosas eran difíciles y otras tantas que lo siguen siendo en el presente. Tantos momentos dolorosos y lugares que aunque son inolvidables, te cuesta no recordarlos sin llorar. 

Jure tantas veces haber superado tantas cosas del pasado, pero aún no puedo dejar de llorar, de lamentarme y desear que ciertas cosas fueran distintas. Anhelar memorias más felices, un presente más estable, con menos inseguridades. 

Desde hace un par de años me he llamado "desastre andante" Viendo que todo me salía mal, me sentía mal e iba mal. Guardándome un resentimiento creciente por cada acto mal que hacía, por no creer en mi. 

En ocasiones aquello se vuelve insoportable -E aquí la razón de este escrito- Es sentir que me estoy matando a mí misma sin siquiera empezar a vivir, como si se tratase de dos personas completamente distintas. Es llorar sin tener una razón, estar bien y a las horas estar en un rincón sin tener control de tus emociones.

Tenía tantos sueños, tantas metas... pero a veces la vida se volvía tan pesada de una forma inexplicable, una depresión de llegaba de un momento a otro, derrumbando cualquier pizca de ganas por vivir el presente.

Mamá siempre fue comprensible, cuanto la amo, sé que siempre busca nuestra felicidad antes que la de ella misma, por eso lamento no poder estar bien la mayor parte del tiempo. Mamá siempre es tan encantadora que no merecía una hija de alma melancólica.

Quisiera poder ser una persona estable, tenlo por seguro, trabajo en ello, pero a veces es sumamente insoportable y tengo que dejarlo de lado y llora nuevamente con el miedo a flor de piel.

Te amo, porque tú me alientas a ser valiente e incluso cuando yo no puedo creer en mis sueños tú lo haces. 

Quiero ser gigante, dejar una huella en las personas que llegue a conocer, que me recuerden con cariño, dejando una enseñanza o un crecimiento, quiero llegar a ser una mejor persona y dejar mis miedos como buenos amigos, uno puede desaparecer sus inseguridades, pero entiendo que puedes vivir con ellas sin que estas te controlen, quiero lograr aquello.

No me quiero rendir.  

Una última cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora