MUNDO DISNEY SHINOBI

Sakura y los 7 shinobi - Parte I

Era una mañana soleada y fresca de primavera. Como todas las mañanas, una joven despertaba de su sueño para comenzar las labores del hogar, donde su madrastra la había enviado tiempo atrás. Esta jovencita se llamaba Sakura. Ella era una joven de cabellos rosados y ojos verdes, y nadie en aquella villa podía igualar su belleza. Tampoco es que aquello le sirviera de algo, puesto que los harapos que vestía no daban mucho que desear.

Aquel día, había decidido quitar las malas hierbas que amenazaban la estética de la casa. Su tutora, Tsunade, había insistido en que ésta estuviera en óptimas condiciones para que los clientes que vinieran no se fueran con una mala impresión.

Mientras arrancaba matas de hierba, encontró una flor de crisantemo. Su sonrisa apareció de repente, con la certeza de que aquella flor podía servir para calmar los dolores de cabeza o para curar una gripe o un catarro. Feliz por su descubrimiento, lo guardó en una pequeña bolsita que llevaba consigo, a escondidas de su malvada tutora.

Pasaron así las horas, cuando al fin pudo terminar de arrancar las hierbas. Tomándose un pequeño descanso, caminó hasta un pequeño pozo bajo un árbol de cerezo para beber algo de agua. En el camino, oyó el quejido de un animal. Preocupada, buscó el lugar hasta encontrar un halcón herido. Su ala doblada le impedía alzar el vuelo.

—Oh, pobrecito...—dijo preocupada—. ¿Te has doblado el ala? Déjame que te cure.

El halcón no se fió de primeras, pero al notar que la muchacha no parecía una mala persona, se dejó coger. Sakura, con cuidado, lo llevó en sus brazos y se sentó en un pequeño banco, junto al pozo. Esperando que nadie la viera, utilizó su Palma Mística curando el ala herida.

No muy lejos de allí, un joven ninja caminaba por el bosque, buscando a su compañero de viaje cuando vio una cabaña entre la espesura, adornado con un árbol de cerezo. Con algo de discreción, se acercó a ésta, esperando encontrar a alguien. No tardó mucho en hacerlo, puesto que a unos metros delante de él, la pelirrosa le daba la espalda.

Miró a su alrededor por si hubiera más gente, pero no, solo estaba ella. Se acercó unos pasos cuando pudo ver en sus manos a su halcón. Ella estaba aplicando ninjutsu médico en el ala del animal, para curarlo. El chico se sorprendió por la habilidad de la chica y se quedó observando, hasta que ella acabara.

—No te preocupes, en nada tu ala estará como nueva—unos segundos después, la chica sonrió y dejó de utilizar su ninjutsu—. Listo.

—¿Qué haces?—preguntó él de repente, asustando a la chica y, por lo tanto, al halcón.

El animal salió volando y se posó en el hombro del joven, mientras que ella respiraba entrecortada por el susto que se había llevado. Al levantar la mirada, vio a un chico de pelo y ojos negros que la miraba evaluándola. Sakura se incorporó aún asustada y lo miró con una ceja alzada.

—¿Quién eres tú? ¿Qué haces en mi casa?—preguntó curiosa.

—Soy Sasuke. Sólo venía buscando a mi amigo—habló señalando al halcón. Sakura asintió y notó que él le tendía una mano, preocupado—. ¿Estás bien?

—Sí, es solo que... me has dado un susto de muerte—habló ella con reproche, pero luego miró al halcón, que extendía su ala normalmente, por lo que rió—. Encontré a tu "amigo" cerca de aquí. Tenía un ala rota y no podía volar. Pensaba que estaba solo...

—Entonces, agradezco que lo curaras, etto...

—Sakura. Me llamo Sakura—se presentó ella con una sonrisa.

El chico asintió y la miró. Su pelo estaba recogido en un pequeño moño y sus ropajes estaban sucios y desgarrados por algunas partes. No parecía alguien de buena familia, pero aún no podía negar que la chica era bonita. Entonces, tuvo la curiosidad de saber cómo había aprendido ninjutsu médico.