Narra Sirius
Aquel beso me había dejado completamente confundido. Nunca antes un beso había significado tanto para mí. Solo podía pensar en Tiana, ella era perfecta, era divertida, hermosa, amable. Entonces entendí que ella era demasiado buena como para que yo la lastimara así que lo mejor sería que hiciera de cuenta que ese beso nunca existió. Eso sería lo mejor para ella.
Narra Tiana
En los días siguientes Sirius me demostró que ese beso que nos dimos no había significado nada para él. Lo encontré varias veces por los pasillos con distintas chicas. Me sentí muy estúpida al pensar que tal vez había sentido algo. Entonces decidí olvidarlo y hacer de cuenta que nada paso. Seguí siendo su compañera de bromas.
El día de la cena de Navidad había llegado, ya me encontraba lista. Llevaba un vestido negro acampanado con brillos al rededor, mis zapatos eran altos y plateados, había decidido hacer ondas en mi cabello y dejarlo completamente suelto. Me maquille bastante natural a excepción del labial rojo que decidí usar. Estaba lista, debía ir con la profesora McGonagall para que me permitiera usar su chimenea y transportarme con polvos flu a la casa Black. En eso alguien tocó la puerta de mi habitación.
- Pasé - respondí y Sirius entro por la puerta.
- Wow estás bellísima - dijo el pelinegro observandome de arriba a abajo.
- Gracias Sirius - contesté algo ruborizada.
- Te tengo un presente - dijo este acercándose hacia mi y saco una cajita negra con un moño plateado.
- Sirius no era necesario - dije y este me entrego la pequeña caja.
- Ya ábrelo Tiana - insistió Sirius con una sonrisa. Abrí el regalo y un bello collar plateado se encontraba dentro, tenía un rubí en el centro en forma de corazón.
- ¡Es hermoso! - comenté observando el collar - ¿me haces el favor?
- Claro princesa - contestó él y se dispuso a colocarme el collar.
- Gracias Sirius - dije y lo abracé.
- Espero que te traiga suerte en la cena - contestó con una leve sonrisa.
Luego de despedirme de Sirius fui con la profesora McGonagall y usando su chimenea me transporte a la mansión Black. Cuando llegue Regulus se encontraba ahí parado, tenía la vista perdida y se veía algo nervioso que ni siquiera noto mi presencia. Así que me aclare un poco la garganta.
- Tiana - volteó Regulus - Estás muy hermosa.
- Gracias - contesté sonriendo - tu no estás nada mal Reg.
- ¿Me permites? - dijo y tome su brazo y nos dirigimos al salón.
En el salón pude ver a varias de las familias sangre pura con las que mis padres solían reunirse, antes de que mi madre falleciera.
- Tiana ¿Cómo estás? Ha pasado tanto tiempo, no te veía desde que eras una niña - me saludo Walburga Black - Y ahora mírate eres toda una mujer, portas la misma elegancia que caracterizaba a tu madre.
- Buenas noches Walburga, gracias por la invitación - contesté con una leve sonrisa.
- Siempre serás bienvenida querida - dijo está también sonriendo - es una pena que tú padre no haya venido.
- Si es una pena, a papá no le gustan los eventos - contesté.
- Si lo sé, desde que tu madre falleció no volvió a ser el mismo - dijo.
- Madre, por favor - la interrumpió Regulus.
- Descuida Reg, es como dice tu madre - afirme.
- Sabes antes de que todo pasara, con tu madre hablábamos de la posibilidad de comprometerte con Sirius, ahora veo que habría sido un gran error - sonrió levemente - Regulus es más digno de tí - concluyó y siguió saludando invitados.