❝Our Story❞ {h.s}

Capítulo 31

—No me asusta Harry–dije tratando se sonar segura—Supongo que es normal–alcé los hombros.

—¿Ah si?–Harry mordía su labio inferior.

Estaba cegada por muchas cosas, no dejaba pensar mucho, simplemente lo hacía y creo que hasta ahora estaba funcionando bastante bien.

Todavía sentada sobre él, bajé mis manos a sus muslos y acaricié sobre sus jeans lentamente. Mientras yo miraba el movimiento de mis manos, Harry me veía. Con mucho cuidado fui acercándome a su bulto entre sus piernas y pasé mi mano sobre éste.

Subí mi mirada a Harry y él tenía su cabeza recargada en el borde del sillón, volteando hacia el techo pero sus párpados cerrados.
Sin dejar de mirarlo para querer ver su expresión, apreté un poco. Dios, esto estaba algo duro. Mi novio mordió su labio para después abrir sus ojos.

—Amor, no quiero que hagas algo que no quieres por mi–dijo. Sus ojos verdes brillaban, sus labios estaban más rojos de lo común y contrastaban mucho por su blanca tez.

—Quiero–seguí mi camino por sus jeans y lentamente fui a su botón. No estaba mirando a Harry, estaba demasiado concentrada en poder desabrochar sus jeans, fue un poco difícil. Harry soltó una risita apenas audible y me ayudó un poco. Le sonreí y bajé su bragueta—Ahora, ¿q-qué?

—Ahora, puedes...–

Puerta.

—¡Harry!–Joder, Anne había llegado. Rápidamente me quité del regazo de Harry y me senté a un lado de él.

—Me fui a la mierda–escuché que dijo. Yo apreté mis labios en una sonrisa para no dejarme reír. Mi cara se tornó roja de la vergüenza y con mis manos traté de ocultarla.

Él tomó rápidamente un cojín suelto por ahí y lo puso en su entrepierna.

—Hijo neces...¡_____!, querida no sabía que estabas aquí, que bueno–dice ella al pisar la sala de estar.

—Hola Anne–dije con una sonrisa, me paré para saludarla bien.

Harry era tan parecida a ella, sus ojos, sus hoyuelos, su sonrisa. Es muy bonita.

Por un momento me olvidé de Harry y de como se encontraba, el seguía sentado viendo a la nada apretando el cojín más hacia sí.

—Mamá, dijiste que llegarías tarde–ahora la miró por encima de su hombro. Anne frunció su ceño—¿Qué? Fuiste muy inoportuna.

—¿Qué?–preguntó su mamá y Harry soltó un gran suspiro.

—Sí, estábamos en med...–interrumpí lanzándole una mirada a Harry para que se callara. ¿Qué estaba pensando?—En medio de una plática–terminó diciendo.

—Oh, lo siento chicos. Pero pueden seguir platicando en el camino para ir por Lux–animó y salió de la sala.

Harry me miró y le regalé una sonrisa torcida, movió sus labios articulando un "¿Me acompañas?" claramente asentí, no me importaría para nada.

Harry dijo que le diera un minuto (un minuto que se convirtió como en quince).Ahí estaba él, recostado en el sofá, por un momento pensé que se había quedado dormido pero después se levantó y se abrochó los jeans, que por cierto, me sonrojó al acordarme que yo los había desabrochado.
Me tendió la mano para salir con él, tomando sus llaves emprendimos un corto viaje hacia la guardería de Lux.

****

—Lux, para ya–regañó Harry a la pequeña rubia sentada sobre mis piernas.

Ella jalaba mi cabello de vez en cuando o jugaba con mi collar, no me molestaba para nada, ella era muy pequeña y se me hacía tan tierna.

—Déjala amor, está bien–dije mientras agarraba las pequeñas manitas de la niña y jugaba un poco con ella—Lux sólo quiere jugar un poco, ¿cierto, linda?–rocé mi nariz con la suya. Ella rió mostrando unos hoyuelos apenas visibles.

—Me dijiste amor–murmuró Harry con su ceño fruncido.

Lo miré extrañada.

—Lo hice.

—Nunca me dices amor.

—¿Te molesta? No pensé que...–

Tomó mi mejilla y se acercó a besarme. Fue un beso donde sólo hacia presión, aún así sentí a la perfección los suaves labios de Harry y las miles mariposas en mi estómago.
Se escuchó un golpe y al separarme vi a Harry sobando su mejilla.

—Oi Lux, ¿por qué fue eso?–reí al darme cuenta que Lux le había pegado a Harry.

Ella rió mientras revoloteaba sus bracitos.

Pasó un rato y Lux se estaba quedando dormida en mis brazos así que subí a su habitación con Harry detrás de mi y la acosté en su cama con cuidado para no despertarla.

—Eres muy buena con los niños–dijo desde el marco de la puerta.

—Me gustan los niños–contesté con sinceridad. Disfrutaba mucho estar con bebés/niños, se me hacían muy tiernos.

Me abrazó por los hombros y bajamos las escaleras.

—¿Entonces, te gustaría tener?–preguntó y sentí su mirada.

—Que me gusten los niños no significa que quiera tener–contesté sin mirarlo con una sonrisa. Él dejó de verme y de reojo vi que mordía su mejilla—Pero supongo que sí, en un futuro.

Asintió.

—¿A ti te gustaría?–ahora pregunté yo.

Ya nos habíamos sentando de nuevo en el sofá, Harry acariciaba mi cabello.

—Me gustaría, si–sonrió de lado.

Sonreí de vuelta. Me imaginé a Harry con un bebé en brazos y fue la imagen más bonita en la que he podido pensar.
Harry también era muy bueno con los niños, era demasiado atento con su hermana y muy protector. Había notado también cuando íbamos al parque y se encontraban niños ahí, como Harry los miraba y como les pateaba la pelota de vuelta cuando esta volaba en nuestra dirección, Harry siempre lo hacía con una sonrisa.
Después imaginé a mi y a Harry, con un bebé Dios. Fue inevitable no pensarlo, simplemente lo hice, aunque no sonaba muy mala idea, pero faltaba mucho para ello y falta también que Harry y yo sigamos estando juntos. Joder.
Yo me iría, me iría lejos de Harry y ni siquiera le había comentado algo sobre el tema. Me di una cachetada mentalmente. Mañana lo haría.

Platicamos un poco más sobre distintas cosas, hablar con Harry ahora era tan fácil, tan sencillo y tan bonito. Realmente disfrutaba pasar tiempo con él, bien podríamos estar en el sofá abrazados sin decir nada yo estaría muy feliz por eso.

Se llegó la hora de tener que irme a casa, Harry me acompañó a casa y todavía nos quedamos hablando y dándonos pequeños besos antes de entrar.
Último beso y nos despedimos. Mentiría si dijera que no sonreí como tonta al cerrar la puerta principal detrás de mi.

—¿Por qué sonríes así?–preguntó Luis desde la cocina sacándome de mis pensamientos.

Porque estoy enamorada, primo.